El Valencia aún pelea por el sueño de Europa, con la sexta plaza a cuatro puntos y la séptima, que otorga billete para la Conference League, a siete. Pero, al mismo tiempo ya existe un pan definido de cara a la próxima campaña. Suceda lo que suceda a final de temporada, las prioridades están claras y, al mismo tiempo, todos son conscientes de que habrá que realizar otra gran venta.
Semanas atrás, la plana mayor del club che se desplazó hasta Singapur para conocer las intenciones de Peter Lim en este sentido, recibiendo la noticia de que habrá que ingresar al menos 20 millones de euros en traspasos para cuadrar las cuentas.
Esto coloca, principalmente, a dos jugadores en el escaparate: Giorgi Mamardashvili, en la agenda de varios clubes de la Premier League, y Cristhian Mosquera, objeto de deseo de Simeone para reforzar la zaga del Atlético de Madrid.
Rubén Baraja es consciente de que perderá a algunos de sus baluartes. Pero al mismo tiempo, ha puesto sobre la mesa de Miguel Ángel Corona, director deportivo, sus exigencias en materia de fichajes de cara a la 24/25, más allá de los recambios que deban llegar para subsanar las salidas que se produzcan.
Como en el pasado mercado invernal, cuando acabó aterrizando Peter Federico, se pretende dotar de mayor verticalidad al equipo con la incorporación de un extremo. Pero en primer lugar, el técnico vallisoletano ha pedido contar lo antes posible con un nuevo delantero, según informa Relevo. Tomando el ejemplo del pasado verano, cuando se consiguió firmar pronto a Pepelu por 5 millones de euros porque la prioridad era apuntalar el centro del campo, ahora la idea es poder tener desde el comienzo de la pretemporada al ariete deseado.
Al menos, Baraja ya sabe que podrá contar con Hugo Duro tras su reciente renovación, a no ser que llegue una oferta irrechazable, mientras que en el caso de Alberto Marí no se descarta buscarle una cesión, como ya sucedió de forma infructuosa en el pasado mercado de invierno.
A partir de ahí, al técnico che le gustaría seguir contando con Yaremchuk, pero su continuidad se antoja poco menos que imposible, pues que el Brujas no aceptará otra cesión compartiendo el elevado salario del punta, que asciende a 4 millones de euros, lo que se escapa de las posibilidades del actual Valencia.
Pese a ello, el ucraniano se siente a gusto en la capital del Turia y mantiene la esperanza de poder llegar a un acuerdo, para lo cual está previsto que en las próximas se produzca una reunión entre las partes.
De forma paralela, se manejan muchos más nombres, como el de Carlos Martín, cedido en el Mirandés por el Atlético de Madrid, o el uruguayo Martín Satriano, que pertenece al Brest. Una opción, esta última, complicada por la buena marcha del equipo francés, que tiene en su mano la clasificación para la Champions.
Además, no hay que olvidar el nombre de Rafa Mir, al que el Sevilla FC tratará de buscarle una salida en verano. Es una evidencia que a Baraja le gusta, pero para que el murciano pueda aterrizar en Mestalla tendría que rebajarse su ficha y que el club de Nervión acepte un traspaso a bajo coste.