José Antonio Rivero3 min lectura"Muchas gracias y buena suerte", escribió este sábado el AC Milan para despedirse de Tiémoué Bakayoko, quien volvió a jugar con los italianos las últimas dos temporadas, llegando en calidad de cedido por el Chelsea. Al contrario que en su primera etapa (2018/19), cuando jugó más de 40 partidos, estos últimos años tan solo ha disputado 21 encuentros, perdiendo protagonismo en el conjunto 'rossoneri' con el paso del tiempo.
Una vez acabada la cesión, el Milan decidió no negociar por él, algo que tampoco hizo el Chelsea, club al que llegó en 2017 procedente del Mónaco, que recibió 40 millones de euros por su traspaso. En Inglaterra nunca rindió, saliendo cedido al Milan en dos ocasiones, al Nápoles y volviendo al propio Mónaco a préstamo. Ahora Bakayoko es agente libre y puede firmar con quien quiera.
A sus 28 años (cumplirá 29 en agosto) es un futbolista muy recuperable, aunque su bajo nivel actual será beneficioso para los clubes interesados a la hora de negociar. El centrocampista nacido en París sonó en el pasado para el Valencia, sobre todo cuando Gattusso ocupaba el banquillo che, ya que ambos habían coincidido en el Milan. Pese al interés, el Valencia no podía llegar a las cifras que pedían, por lo que se perdió la oportunidad de verle jugar en Mestalla. Más atrás, durante 2019 y 2020, el francés también sonó para el Sevilla, aunque tampoco se llegó a hacer.
La temporada que acaba de terminar no ha sido buena para Bakayoko, que sólo ha disputado 38 minutos repartidos en tres encuentros en liga, un bagaje muy pobre que le lastrará a la hora de buscar equipo. Su futuro es todo una incógnita, aunque si hay una opción real de ficharle es ahora, cuando se encuentra libre y no podrá pedir grandes emolumentos económicos.
La posición de Bakayoko coincide con la de Racic, que ha tenido que volver a Paterna porque el Sporting de Braga no ejecutó la opción de compra que tenía sobre el serbio. Durante su etapa en Portugal, Racic ha jugado 38 partidos y marcado cuatro goles, siendo importante para el equipo. La opción de compra que tenía el Sporting de Braga era de cinco millones de euros, precio que rondaría la cifra por la que el Valencia le dejaría marchar este verano, puesto que su continuidad en el equipo no es nada clara.