Sara Portillo Maya5 min lecturaContra todo pronóstico, Luis Rubiales no dimitió el pasado viernes en la Asamblea General de carácter extraordinario celebrada tras el revuelo que generó su polémica actuación en la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda. En el palco, realizó un feo gesto al tocarse sus testículos, al lado de la Reina Doña Letizia y la Infanta Doña Sofía. Luego, en la entrega de medallas, le dio un beso a Jenni Hermoso en la boca que ha sido el detonante de que todo estallara. El todavía presidente de la Real Federación Española de Fútbol fue suspendido de forma provisional por parte de la FIFA y, todavía, se espera que quede inhabilitado por parte del CSD.
En medio de toda la polémica, trabaja en su defensa. En la Asamblea dijo que el 'piquito' fue "consentido" por la futbolista de la Selección Española Femenina de Fútbol y ella, después, desmintió sus palabras. Las jugadoras renunciaron mediante un comunicado su renuncia a seguir jugando en la Selección si no se producía un cambio definitivo. Otros jugadores, como Borja Iglesias (Real Betis) hicieron lo mismo. Y, el propio cuerpo técnico de Jorge Vilda (seleccionador), también actuó en consecuencia, después de que Rubiales le invitara a renovar por cinco años y con un sueldo de 500.000 euros.
Ya ha sido suspendido por la FIFA y está amenazado con ser inhabilitado por el TAD. Ante esto, Rubiales no se queda de brazos cruzados. Además de emitir un comunicado la RFEF donde se muestran imágenes del momento de la entrega de medalla en las que se pretende dar por válida la versión de Luis Rubiales en la Asamblea, ahora busca amparo en la UEFA. Se trata de una institución que todavía no se ha pronunciado al respecto de la situación.
Así lo informa Onda Cero, quien adelanta que Andreu Camps (secretario general de la RFEF y mano derecha de Rubiales), ha solicitado a la UEFA que actúe en defensa de Luis Rubiales. El método: denunciar una presunta injerencia del Gobierno en los asuntos de la Real Federación Española de Fútbol. Todo, después de que diferentes personalidades del Gobierno español opinaran de forma pública solicitando la inhabilitación y dimisión del, por ahora, presidente. Aquí, se detallan las declaraciones de Yolanda Díaz (vicepresidenta del Gobierno), pero sobre todo, las de Miquel Iceta y Víctor Francos (CSD), responsables del deporte.
El fútbol español se ve comprometido por esta acción, puesto que si la denuncia prosperara, esto podría llevar a la suspensión de la RFEF por parte de la UEFA, en el caso más extremo. Y, si eso se diera, todos los clubes y selecciones nacionales de las diferentes competiciones que organiza la UEFA se verían expulsadas de las mismas.
Un político español, que mantiene su anonimato, ha declarado lo siguiente al mencionado medio: "La única intención de Camps es conseguir que UEFA amenace al Gobierno de España con la suspensión de la RFEF y la consiguiente exclusión de todas las competiciones europeas. Es la misma jugada que hizo Villar con Blatter en su momento".
Hasta que la FIFA lo suspendió provisionalmente de ese cargo, Luis Rubiales era vicepresidente de la UEFA. De momento, la UEFA no se ha pronunciado al respecto de lo sucedido en la final de Sídney y la explicación que dan desde Las Rozas al medio citado más arriba es que "la relación profesional entre Rubiales y el presidente de la UEFA, Alexander Ceferin, ha derivado en amistad personal".
Tal y como queda reflejado en los estatutos de la UEFA para sus asociaciones, estas "gestionarán sus asuntos de forma independiente y sin influencias indebidas de terceros. Cualquier órgano o decisión de un órgano que no haya sido elegido o nombrado de acuerdo con dicho procedimiento, incluso de forma provisional, no será reconocido por la UEFA".