Sin una sola victoria conseguida después de 9 jornadas, el Almería, colista de LaLiga EA Sports con sólo tres puntos y a cinco ya de la salvación, se aferra al ‘efecto Garitano’ para intentar salir del pozo. Este sábado, en el campo del sorprendente Girona, a partir de las 16:15 horas, llega el primer examen para un entrenador que ha gozado de mayor tiempo para inculcar sus ideas a la plantilla gracias al parón, si bien llegó mucho después de lo deseado.
El casting para relevar a Vicente Moreno se hizo eterno por momentos, mientras Alberto Lasarte se sentaba en el banquillo rojiblancos para sumar un empate ante el Granada y la quinta derrota del curso en San Mamés. Se negoció con un gran número de técnicos, entre ellos el hoy sevillista Diego Alonso, si bien el que más cerca estuvo fue Velljko Paunovic, que dio marcha atrás a última hora y decidió quedarse en el Chivas mexicano.
A contrarreloj, finalmente, los dirigentes del club indálico cerraron el fichaje de Gaizka Garitano, que llega después de rozar el ascenso en las dos últimas campañas con un Eibar en el que ya hizo historia al llevarlo de Segunda B a Primera división con dos ascensos consecutivos. Pero al margen de su buen hacer en el conjunto armero, en cuyo filial dio sus primeros pasos como técnico, el vasco ya ha tenido que afrontar en su carrera una situación parecida a la que vive ahora el Almería, solventada con un rotundo éxito.
El preparador vizcaíno no tuvo suerte en otras aventuras en las que lideró un proyecto desde el comienzo de la temporada. Le pasó en la 15/16 al frente del Valladolid, donde fue destituido en la jornada 9 después de logar sólo dos victorias en Segunda división, y en el Deportivo de La Coruña en la 16/17, siendo cesado en la jornada 24 pese a estar fuera de los puestos de descenso en Primera.
Estos dos fracasos le hicieron cambiar el chip. Firmó por el Athletic B, pero a mitad de temporada, la crisis del primer equipo le obligó a dar el salto. Es la única vez en su carrera que se ha hecho cargo de un equipo a mitad de campaña, y quizás por ello ha sido el elegido por el Almería, pues la reacción de los ‘leones’ en aquella 18/19 fue excelente.
Con Berizzo al frente, el conjunto vasco llegó a la jornada 14 en una situación dramática, décimo octavo clasificado, en puestos de descenso, con sólo una victoria y ocho empates, lo que arrojaba un pobre saldo de 11 puntos, con la salvación a tres. Pero con Gaizka Garitano al frente, el Athletic fue otro muy distinto.
Para empezar, su arranque fue espectacular. Debutó con victoria por 1-0 sobre el Girona y en sus siete primeros partidos se mantuvo invicto, con cuatro victorias y tres empates, hasta que cayó por 2-1 en el derbi ante la Real Sociedad. A final de temporada, por su parte, su balance fue de 12 triunfos, 6 empates y 6 derrotas en 24 encuentros. Unos números espectaculares que dejaron al Athletic octavo clasificado con 53 puntos, los mismos que el Espanyol, que obtuvo billete para la Europa League.
No cabe duda, por tanto, de que Garitano conoce la receta para salir del pozo. La cocinó con éxito en San Mamés y ahora todos sueñan en el Estadio de los Juegos Mediterráneos que vuelva a ponerla en práctica al frente de su nuevo equipo.