Tras una palpable mejoría que le había llevado a enlazar tres jornadas consecutivas sin perder, con empates frente al Athletic, el Granada y el Atlético de Madrid, la UD Almería volvió a las andadas en Balaídos y sumó una nueva derrota ante el Celta que fulmina las pocas esperanzas de salvación que albergaba.
Era un partido con más de tres puntos en juego, pues los celestes marcan la barrera de la permanencia y la misma se ha situado ya en 15 puntos, que pudieron ser 9 en caso de victoria rojiblanca. Nadie quiere bajar los brazos mientras las matemáticas permitan no hablar de descenso, pero en las declaraciones de los protagonistas ya se percibe que lo único que les queda es pelear por el orgullo.
En este sentido, la amenaza de ser el peor equipo de la historia de Primera división sigue flotando sobre el Power Horse Stadium. Para evitarlo, el cuadro andaluz tiene 11 partidos por delante, 33 puntos en juego en los que debe sumar al menos cinco para superar las 13 unidades en las que se quedó el Sporting de Gijón en la temporada 1997/1998.
Pero esto no es el único récord negativo que puede batir el conjunto indálico. Tal y como apunta Diario de Almería, son ya 30 jornadas consecutivas sin vencer: las 27 del presente curso y las tres últimas de la pasada campaña, a sólo dos del peor registro histórico de las grandes ligas europeas, establecido por el Derby County inglés, que paró el reloj en 32 encuentros seguidor sin conocer la victoria.
Estos son los pequeños objetivos que le quedan por delante a un Almería en el que muchos se siguen preguntando el por qué del inmovilismo de sus dirigentes, que han dejado que Gaizka Garitano siga al frente del equipo pese a los malos resultados y los enfrentamientos con varios de sus jugadores.
Descartada la opción de que el técnico vasco dimita, el problema es que el elegido para sustituirlo, Francisco Rodríguez, no puede firmar ya por el equipo de su tierra al haber dirigido esta campaña al Rayo Vallecano. Por ello, Turki Al-Sheikh no se atreve a dar el paso de destituir al técnico vasco, con el coste que ello conllevaría y el gasto añadido de tener que firmar a un relevo que sería en realidad un parche.
El riesgo que entraña esta situación es desaprovechar 11 jornadas para ir asentando las bases de un nuevo proyecto que todos dan por hecho que será en Segunda división. Para impedirlo, están llegando más ofrecimientos a las oficinas del Power Horse Stadium. Si alguno cuadra, Garitano podría ser despedido. De lo contrario, amenaza con quedarse en su puesto hasta final de temporada.