El pasado mes de diciembre, Jonathan Viera puso fin a su cuarta etapa en la UD Las Palmas de una forma convulsa. Tras ser titular en las siete primeras jornadas de LaLiga EA Sports, todo se torció en la novena, después de jugar sólo un cuarto de hora ante el Villarreal. Un desencuentro con el técnico, Xavi García Pimienta, fue el detonante de su adiós.
Inédito desde aquel partido en La Cerámica a comienzos de octubre, el futbolista canario acabó desvinculándose, perdonando para ello un año de contrato, y firmó ya en el mes de febrero, como agente libre por la UD Almería, donde ha recuperado la sonrisa.
Pese a la nefasta marcha del equipo rojiblanco, colista y condenado al descenso, Viera se ha convertido en un fijo desde su llegada. Lo fue para Gaizka Garitano primero y ahora para Pepe Mel, bajo cuyo mando llegó la primera victoria del curso, precisamente en la visita a la UD Las Palmas.
En total, suma seis partidos, todos ellos como titular, en los que ha firmado además dos asistencias. Pero, a sus 34 años, el centrocampista se prepara para el futuro, consciente de que su retirada no anda muy lejos.
En concreto, el que fuese también jugador del Valencia y el Rayo Vallecano cree que aún le quedan dos años más para rendir a buen nivel. De momento, tiene firmado hasta 2025 con la UD Almería, donde se siente muy a gusto, por lo que ni mucho menos descarta cumplir ese año que le queda y tratar de conseguir el ascenso el próximo curso, tal y como ha declarado en una entrevista con la radio oficial del club indálico.
En el aire, una vez más, queda la posibilidad de su marcha al fútbol árabe. El pasado verano, de hecho, ya rechazó una gran oferta y meses atrás, cuando dejó de contar parea García Pimienta, también se dio por hecho su desembarco en Emiratos Árabes.
Sea como fuere, lo que sí tiene claro Jonathan Viera es que, una vez que cuelgue las botas, quiere seguir ligado al fútbol. "Me estoy empezando a formar como futuro entrenador, no sé si seré o no, si seré bueno o malo, todavía no lo sé porque me quedan todavía dos años buenos para seguir disfrutando del balón, pero yo creo que lo más complicado del fútbol es que llegue el mensaje, transmitir algo que al futbolista le llegue, le guste y te sigan. Eso es lo más complicado del fútbol y de un vestuario", señaló.