Las palabras del gran protagonista de la salvación del Almería al acabar el encuentro en el RCD Stadium bien pueden generar un amplio debate. El jugador rojiblanco reconoció que habían acordado en el vestuario antes de comenzar el partido que preferían jugar su partido en tierras catalanas sin conocer el resultado del resto de duelos. Y algunos ya les han tildado en las redes sociales de "poco profesionales" porque de ellos dependía también la permanencia y, por lo tanto, debían estar al tanto.
En la corriente opuesta, están los que creen que dicho desconocimiento beneficia a los jugadores para que jueguen con menos ansiedad y más centrados en sus obligaciones dentro del terreno de juego. Pero está claro que toda esta polémica no hubiera surgido si el desenlace del choque en el feudo blanquiazul hubiese sido otro. Sin embargo, el destino quiso que el cuadro andaluz se jugase su salvación a falta de tres minutos desde los once metros.
El responsable de lanzar el penalti fue el talentoso Adrián Embarba, quien militaba hasta el pasado mes de agosto precisamente en las filas del Espanyol y que había sido ya autor de un precioso tanto que había supuesto el 2-2 en el marcador. Pues bien, en el 87', y tras la consulta al VAR, el jugador madrileño cogió el balón y lo puso en el punto de penalti para tomar la responsabilidad. El todo o la nada, porque si lo fallaba el Almería bajaba a Segunda División en ese momento.
Y ahí comenzaron a llegarle una serie de mensajes de sus excompañeros para ponerle nervioso tal y como reconoció ante los micrófonos de El Chiringuito de Jugones: "Me empezaron a decir que no lo lanzara porque el portero Joan García me conocía y me lo iba a parar". Sin embargo, él mismo cree que le dijeron esos mensajes precisamente por lo contrario: "Sabían que lo marcaría, me conocen bien".
Respecto a su decisión de tomar el balón, explica así el momento Embarba: "Sé que en esas situaciones hay que demostrar personalidad y carácter, eso, como el liderazgo, es algo que se intenta transmitir a los demás. Lo malo es que pasaron varios minutos con la primera decisión, la rectificación y lo del VAR".
En este mismo sentido, confesó otras artimañas que sufrió durante esos momentos previos al penalti decisivo: "Se montó una tangana porque se pisotea el punto de penalti".
Por último, subrayó su fórmula para no fallar desde los once metros y para tener dicha confianza: "Siempre intento aguantar, tengo un lado de seguridad, hay que tener paciencia y esperar a que sea el portero el que tome la iniciativa. Entonces, golpeo".