La 'marea verde' llegó el pasado fin de semana hasta Almería, donde cientos de aficionados del Real Betis colapsaron las gradas del Power Horse Stadium, tanto la zona delimitada para la hinchada foránea (con 540 entradas vendidas) como repartidos en el resto del recinto, con lo que se contabilizaron no menos de 700. No era un partido declarado de Alto Riesgo por la Subdelegación del Gobierno en Andalucía, por lo que ambas aficiones compartieron la sobremesa y la tarde en la capital del Poniente, rivalizando dentro del otrora Estadio de los Juegos Mediterráneos con himnos y cánticos. Al final, disfrutaron más los verdiblancos, que vieron cómo su equipo acababa con una racha liguera de dos derrotas consecutivas con un 2-3 que devuelve a los de Pellegrini a la quinta plaza de la clasificación. No se registraron, por ende, incidentes relevantes entre los dos bandos, aunque un sector de los simpatizantes rojiblancos denuncia agravios policiales.
En concreto, la Grada Joven de la UD Almería clama contra una carga con porras por parte de los agentes tanto de la seguridad privada como de las fuerzas del orden público durante el recibimiento al equipo en las inmediaciones del campo, actuación que dejó varios lesionados y heridos, aunque no de gravedad. Las imágenes han corrido como la pólvora por las redes sociales, hasta el punto de que 'Diario de Almería' se hace eco este lunes de la versión oficial de las autoridades, que achacan el momento de tensión a la provocación y el lanzamiento de botellas por parte de los hinchas locales, que quisieron introducir una pancarta en señal de protesta por los cacheos aleatorios producidos en la reciente visita del Espanyol, en realidad una requisa por parte de policías infiltrados para impedir que se metieran bengalas al estadio. Los afectados explican que no hubo nada que incentivara la carga, tras la que no se produjeron detenciones ni identificaciones, pues sólo se buscaba el material prohibido.
Las fuentes de la Grada Joven afirman que no hubo tanta diligencia a la hora de impedir la entrada de material pirotécnico en la zona visitante, de tal manera que se encendió alguna que otra bengala tras los goles del Betis. Por fortuna, nada pasó a mayores ni hubo afectados por estos artefactos, de tan negro recuerdo en el mundo del fútbol. La inmensa mayoría de los centenares de hinchas heliopolitanos desplazados para el derbi andaluz disfrutó de la buena vecindad y de la gastronomía almeriense, a la par que vio ganar a su equipo, viéndose en medio de una disparidad de criterios entre afición rojiblanca y policía.