El Almería sumó ante el Granada su segunda jornada consecutiva sin perder, pero en su dramática situación, sumar de uno en uno sirve de poco. Los dos últimos empates ante e Athletic y el conjunto nazarí apenas han servido para constatar una mejora insuficiente, pero a nivel clasificatorio, la salvación se encuentra a 12 puntos y se antoja una quimera.
Mientras tanto, muchos se cuestionan por qué el club rojiblanco no ha tomado todavía la determinación de cambiar de entrenador. La idea en un principio, una vez asumido que lograr a permanencia es casi imposible, era dejar a Gaizka Garitano hasta junio, para iniciar ya el próximo curso un nuevo proyecto con otro técnico al frente, con el objetivo de regresar a la elite.
Pero tras la derrota ante el Alavés por 0-3, diversos medios apuntaron que la entidad que preside Turki Al-Sheikh ya estaba preparando un despido que sigue sin llegar. Una decisión que no sólo estaba fundamentada en los resultados, pues el vasco también ha perdido la confianza de los dirigentes por su manejo del vestuario, con enfrentamientos con algunos jugadores, y la gestión realizada con los fichajes de invierno.
En este sentido, se le recrimina que en el encuentro ante el Granada, con el Almería buscando la victoria, volvió a dejar sin minutos por segundo partido consecutivo al joven extremo Luka Romero, cuya llegada había despertado una gran ilusión, aunque sólo ha dispuesto hasta la fecha en 40 minutos.
Además, tampoco se entiende su decisión de prescindir de Alejandro Arribas mediada la primera mitad, recurriendo una jornada más a Marko Milovanovic como revulsivo, aunque el serbio sigue sin ofrecer el rendimiento deseado. Decisiones técnicas que, en definitiva, enfadan a la afición, aunque el club sigue sin mover ficha.
Por ello, son cada vez más las voces que le piden a Garitano que dé un paso al lado y presente su dimisión, ante el inmovilismo de la entidad. Pero aunque su equipo sigue sin ganar después de 25 jornadas, el técnico vasco no parece estar por la labor de tomar esa determinación. Ya lo avisó hace una semana cuando fue cuestionado por ello. “Estoy educado para esforzarme mucho más”, señaló.
En su lugar, el entrenador rojiblanco insistió tras el choque frente al Granada en que su equipo “hizo méritos” para vencer, señalando también al arbitraje por “un claro penalti” sobre Pozo que les había dado ese anhelado primer triunfo. Palabras que ya no convencen a una afición hastiada y deseosa de un cambio.