El Sevilla FC negocia ya con el Stade Rennais las condiciones para ejercer la opción de compra por Loïc Badé, conversaciones que está aprovechando para sondear a Lesley Ugochukwu, otra 'perla' de la prolífica cantera bretona (de la que han salido jugadores como Camavinga o Dembélé), cifrada en unos 12 millones de euros por el 75% de los derechos. Aunque no estuvo a su nivel habitual contra el Girona FC, el central galo es, de largo, el mejor refuerzo invernal de Monchi, por lo que ha pasado de ser una auténtica incógnita por su prolongado ostracismo a una oportunidad de mercado que hay que aprovechar sin duda. Mientras se consuma su desembarco definitivo, fue el invitado este martes al programa de la TV oficial 'A balón parado', donde exhibió sus pequeños avances con el español, con la inestimable ayuda del compañero Roberto Arrocha. "Tanguy (Nianzou), Pape (Gueye) y yo damos clases después de los entrenamientos; trabajamos para hablar muy bien", se disculpaba el protagonista.
Hablando ya del cambio de chip tras la primera derrota de la 'era Mendilibar', el de Sèvres lo tiene claro: "Estoy muy bien, pero ahora hay que ganar. Fue un partido complicado, así que tenemos que trabajar, porque tenemos otro partido el jueves y es muy importante. Hay que descansar, pero también hay que trabajar. Así es el futbol; hay muchos partidos (seguidos), pero somos profesionales y hay que saber cómo hacerlo". Con todo, entiende el '22' que fue sólo un accidente, porque están trabajando "muy bien diferentes cosas" con el preparador de Zaldívar, que "ha hecho mucho bien por el grupo", mientras que repasa mentalmente su tanto de la sentencia de la eliminatoria de cuartos de final de la Europa League ante el Manchester United en el Ramón Sánchez-Pizjuán: "Lo he visto muchas veces, pues es mi mejor gol. Se sienten muchas cosas... no sé qué decir".
Se felicita el franco-marfileño por haber experimentado "una buena adaptación" a la ciudad y al Sevilla, en parte porque "hay muchas personas que hablan francés en el vestuario", aunque insiste, como buen alumno de un idioma, en practicar siempre el español, que aprendió a nivel básico "en el colegio", aparte de las citadas clases aceleradas con los otros francófonos recién llegados. Todo para asentarse en la que será su casa, salvo giro mayúsculo de los acontecimientos, los próximos años, olvidando un paso por Inglaterra del que se queda con el vaso medio lleno: "Tres clubes en un año es duro, pero así es el fútbol. A veces está bien y a veces es difícil. En Francia decimos que es un mal por un bien. Si hubiera jugado en Nottingham, no estaría aquí. Como no he jugado, puedo estar aquí". Un desembarco del que tuvo mucha culpa Monchi: "Ya me conocía de mi etapa en el Lens; habló con mi agente y quería que viniera. Hablé con él y me sentí muy bien. Toda la gente sabe que el Sevilla FC es un gran club; por eso quería venir aquí".
Por último, sin plantearse nuevos objetivos en LaLiga ni renunciar a ellos, sobre todo por la conjura general para cerrar lo antes posible la permanencia de manera matemática en Primera división, Badé no puede evitar, como seguramente la mayoría de sus compañeros, mirar de reojo a la semifinal del segundo torneo continental, que se asoma a la vuelta de la esquina, con la alicaída Juventus de Turín como oponente. El francés tiene ilusión y buenas sensaciones, ya que confía tanto en él mismo como en sus propios compañeros, si bien es consciente de que habrá que pelear mucho para jugar la séptima final y pelear por agrandar la leyenda del Sevilla en el UEL: "En el grupo sentimos que hay muchos jugadores con experiencia en la Europa League. Hay tranquilidad, pero trabajamos mucho. Sabemos que podemos hacer grandes cosas".