Desde la dirección deportiva del Sevilla FC han quedado "satisfechos" con la composición final de la plantilla en el mercado de enero, aunque García Pimienta ha reconocido que se ha quedado "muy corta". El entrenador catalán pidió los fichajes de un centrocampista y un lateral zurdo, pero la situación económica del club ha impedido cumplir su deseo, siendo especialmente inquietante la situación en el flanco izquierdo de la zaga, donde Pedrosa es el único futbolista específico del plantel. Las otras opciones son reubicar a Kike Salas, que ya ha jugado ahí varios encuentros, aunque tampoco hay demasiados efectivos en el eje de la zaga, o darle la alternativa al canterano Hormigo.
Mientras tanto, en Francia comienzan a apreciar las cualidades de Valentín Barco, que en ningún momento convenció al técnico sevillista durante el primer tramo de la temporada, hasta el punto de condenarlo al ostracismo más absoluto. Su debut ante el Girona en la cuarta jornada de LaLiga pareció esperanzador. Incluso, lanzó faltas y córners para aprovechar su buen golpeo con la zurda. Pero al mismo tiempo que dejó interesantes destellos en la faceta ofensiva, pronto se vio que su gran carencia está en defensa. Una sensación que quedó refrendada en San Mames, en su quinto encuentro liguero consecutivo, todos ellos en el mes de septiembre. Tras una primera mitad en la que se vio desarbolado por el Athletic, García Pimienta decidió sustituirlo en el descanso y cambiar de banda a Carmona. Desde entonces, apenas volvió a jugar dos ratos ante Espanyol Rayo Vallecano, además de participar en las dos primeras rondas de la Copa del Rey ante rivales de inferior categoría.
En total, su periplo en el club de Nervión, donde aterrizó cedido por el Brighton para sustituir a su compatriota Marcos Acuña, se resume en 466 minutos repartidos en nueve partidos oficiales. Una decepción en toda regla que el argentino, de sólo 20 años, empieza a olvidar en su nuevo destino, reivindicándose en el Estrasburgo para demostrarle al preparador barcelonés que sí está preparado para el fútbol de elite europeo.
Su nuevo técnico, Liam Rosenior, le hizo debutar al poco de aterrizar, concediéndole 33 minutos en la derrota ante el Angers (1-3) en la Copa de Francia. Pero no ha tardado en convencerle, dándole una camiseta de titular este pasado domingo en la victoria por 2-0 sobre el Montpellier, que mantiene al conjunto de Alsacia a tres puntos de las plazas europeas. Jugó 75 minutos y fue sustituido por el marfilense Guela Doue cuando el partido ya estaba resuelto, pero la noticia estuvo en la ovación que le brindó la afición del conjunto galo, a la que se ha metido en el bolsillo con sólo dos apariciones.
En Argentina, por su parte, han celebrado este gran estreno en la Ligue 1 de un futbolista en el que se tienen depositadas muchas esperanzas de cara al futuro de la selección absoluta, con la que ya se ha estrenado. “Me siento muy bien aquí, estoy muy feliz de estar en el Estrasburgo. Realmente quiero aportar algo al club", señaló el protagonista tras su debut con un equipo que tiene una obligación de compra por valor de 10 millones de euros, reservándose además el Brighton el 10% de su pase de cara a una futura venta.
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