El futuro de Quique Sánchez Flores en el Sevilla ahora mismo se encuentra en el aire, pues todos los esfuerzos y el foco se centran en no pasar apuros por la salvación después del doloroso pinchazo del pasado lunes y la victoria del Cádiz, que reduce a seis puntos su renta sobre el descenso.
El técnico sevillista aterrizó en Nervión en lugar de Diego Alonso y firmó un contrato de dos temporadas en la que la segunda está condicionada a cumplir con un objetivo en la actual para que su continuidad se active de forma inmediata. Esta renovación inmediata precisa que el equipo termine la temporada entre los diez primeros puestos, lo que, a día de hoy, se antoja complicado, pero no imposible, pues, a falta de 10 jornadas para que concluya está ocho puntos de este puesto, ocupado ahora mismo por Osasuna.
No obstante, no lograr esta meta no descarta por completo la permanencia en Nervión del madrileño, pero ya exigiría sentarse de nuevo en el caso de que, más allá de que se acabe en la segunda mitad de la tabla, la directiva nervionense se considere que se trata de la mejor opción para el banco.
De momento, en la planta noble existe satisfacción por el trabajo realizado por Quique, pues ha levantado a un equipo que coqueataba peligrosamente con el descenso, sumando 15 de los 33 puntos posibles y propiciando una reacción que ha permitido respirar al equipo. Con él, el Sevilla ha ganado el doble de partidos, cuatro, que hasta su llegada, ya que solo se había impuesto en dos ocasiones.
Sin embargo, hasta ahora solo se ha hablado desde el punto de vista nervionense, pero Quique también cuenta obviamente en esta ecuación y, al margen de que se cumpla el objetivo marcado para la renovación automática, no seguirá a cualquier precio. Es decir que, aunque no esconde su deseo de prolongar su estancia en el Ramón Sánchez-Pizjuán, también tiene sus propias condiciones a la hora de tomar una decisión por su parte, sobre toda una y prácticamente la única, pues engloba muchos matices.
En este sentido, Quique exigirá garantías de que se le confeccionará una plantilla competitiva para que su primer proyecto con su sello en Nervión nazca con opciones reales de pelear en otra esfera diferente a la actual. Esta amplia condición incluye a futbolistas que marquen la diferencia y también con experiencia en la categoría, lo que tiene sentido a tenor de que en enero Vítor Orta solo se hizo con los servicios de jugadores muy jóvenes sin apenas bagaje en la más alta competición.
Quique precisa un proyecto sólido, sin cabos sueltos y ajustado a su filosofía de juego, lo que pondrá sobre la mesa cuando se resuelva el puesto en el que acaba el equipo y se determine si su continuidad es automática o dependerá de si el Sevilla le quiere más allá de dicha cláusula. Él también tendrá la palabra.