Fernando Mateos5 min lecturaEn la delicada situación por la que atraviesa el Sevilla FC, cualquier ingreso extra, por pequeño sea, es celebrado. Por ello, en Nervión están muy pendientes de todos los movimientos de mercado que afectan a jugadores que han pasado por sus filas, especialmente por su cantera. No en vano, cualquier futbolista que haya pertenecido a la disciplina blanquirroja hasta los 23 años es susceptible de generar una ganancia si protagoniza un traspaso internacional.
Además, en el club de Eduardo Dato fueron pioneros en este sentido, creando una herramienta tecnológica que fue adquirida por LaLiga. Con Monchi al frente de la dirección deportiva, la entidad sevillista creó Transfer Tracker, un servicio que facilita la labor de los clubes para reclamar los derechos de formación que la FIFA estipula, pudiendo alcanzar el 5% del total de la venta si el futbolista en cuestión ha militado en el equipo reclamante entre los 12 y los 23 años. No siempre estos movimientos son sencillos de detectar. De hecho, se estima que el 30% del dinero que genera el citado mecanismo de solidaridad se quedaba sin reclamar, pero esta aplicación web vino a solucionar dicho problema.
Otros casos sí son más notorios, como el protagonizado por Rafa Marín el pasado verano, al ser traspasado del Real Madrid al Nápoles, o el que podría suceder si el Girona adquiere a título definitivo a Bryan Gil. Así, en un caso similar al del barbateño, el último nombre en sumarse a la lista es el de Roberto Fernández, que se estrenó el pasado fin de semana a lo grande al firmar un gol en la victoria ante el Espanyol, con el que visitará además el próximo sábado el Sánchez-Pizjuán.
Natural de Puente Genil, el Sevilla FC lo firmó para su cantera en 2014, tras destacar en las filas de un Córdoba que lo recuperó después de pasar tres campañas en la carretera de Utrera: dos como infantil y la primera de cadete (de 12 a 15 años). En el conjunto califal sólo estuvo una temporada más (17/18) y luego pasó al Málaga en edad juvenil, dando el salto al primer equipo, tras pasar también por el San Félix, en la 21/22, paga jugar en Segunda división con sólo 19 años. En la 22/23 fue cedido al Barça Atlètic y el pasado verano, después de sonar para el Atlético de Madrid, puso rumbo al Sporting de Braga tras otra campaña como malaguista en la que logró 20 tantos parta ascender desde Primera RFEF.
Con su marcha al club portugués, el ariete cordobés ya dejó alguna 'pedrea' en las ascas sevillistas, pues su traspaso se cifró en 1,8 millones de euros más 1,2 en variables que de momento no se han cumplido, reservándose además el Málaga el 10% de la plusvalía sobre una futura venta. Al club de Nervión, por su parte, le correspondió el 0,75%, pues la FIFA determina que el 5% del referido mecanismo de solidaridad debe ser repartido entre los clubes que formaron al jugador con diferentes porcentajes según la edad. Así, de los 12 a los 15 años se otorga a cada temporada un 0,25 %, mientras que desde los 16 años en adelante pasa a ser de 0,5%.
Ahora, los ingresos pueden aumentar si el Espanyol, que se ha hecho con su cesión hasta final de temporada, acaba ejecutando la opción de compra pactada con el conjunto luso, la cual asciende a 10 millones de euros. En ese caso, 75.000 euros serían para el Sevilla FC. Todo suma en tiempos de crisis.