No son buenos tiempos en Nervión, donde la alegría por la primera victoria de la temporada 24/25 duró un santiamén, justo hasta un nuevo naufragio en Vitoria del que se han sacado más conclusiones en los despachos que en el vestuario. Bueno, para ser exactos, habría que matizar con la coletilla 'en el despacho del cuerpo técnico' dentro del vestuario. El ambiente está tan enrarecido en el Sevilla FC, eso es cierto, que pocos se atreven a levantar la mano y, mucho menos, la voz. Existe tanta inseguridad entre los que mandan, con ejemplos recientes de decisiones que se demostraron erróneas, que nadie quiere precipitarse... pero tampoco dejar pasar demasiado tiempo para mantener un margen de maniobra decente. Eso se traduce en que la lógica desaconseja desconfiar en la sexta jornada de García Pimienta, pero el doble hito a la vuelta de la esquina condiciona la hoja de ruta.
Empezando por lo más reciente: no ha gustado, en líneas generales, la poca autocrítica del míster catalán tras el esperpento de Mendizorroza. Reconoce el ex de la UD Las Palmas que faltó de todo ("intensidad, ganas, actitud en los duelos"), menos mano de entrenador, cuando ciertas voces señalan ya su inflexibilidad táctica, después de mutar con éxito al 1-4-2-3-1 ante el Getafe CF, colocando a Peque como mediapunta y acabando con un 1-5-4-0 tras la expulsión de Juanlu con el fin de proteger el marcador, para volver a un 1-4-3-3 que se demostró lejos del alcance de sus hombres. Todavía no ha habido quien oficialmente afee esta cuestión al técnico barcelonés, convencido de que triunfará con su ideario, sobre todo si consigue un par de ajustes invernales o tres en algunas posiciones que cree descompensadas, como la delantera, la parcela creativa de la medular y el eje de la defensa.
Víctor Orta, por su parte, está seguro de que no se está obteniendo el mejor rendimiento de los jugadores que ha puesto a las órdenes de García Pimienta, pero se apunta los deberes para enero y, en sus conversaciones casi diarias con el míster, le transmite una tranquilidad y una confianza que no están completamente en sus manos. El crédito del ocupante del banquillo no se ha agotado, conscientes en todas las esferas sevillistas de que es un recién llegado y que trata de imponer un estilo diametralmente opuesto al que existía, aunque se impacientan y destacan en 'pétit comité' que más difícil lo tenían José Luis Mendilibar y Quique Sánchez Flores cuando heredaron sendos equipos hechos para Jorge Sampaoli y el propio vasco, respectivamente, y dieron la vuelta de tuerca necesaria también desde la dirección, no sólo en la pizarra.
No hay un ultimátum como tal. Al menos, explícito. Aunque al preparador formado en el FC Barcelona sí se la ha hecho ver que la reacción no puede ser flor de un día, sino que necesitan ver una dinámica positiva a la que aferrarse. Resultados sustentados en un juego prometedor, lo que todavía no ha ocurrido. Vencer y, más allá de eso, convencer en los próximos compromisos ante Real Valladolid (martes 24-S, 19:00 h) y Athletic Club (domingo 29-S, 16:15 h) se antoja fundamental, habida cuenta de que lo siguiente será el derbi ante el Real Betis del domingo 6 de octubre a las 18:30 horas. Tres días más tarde y en pleno parón de selecciones, una junta extraordinaria en la que seguramente no cambiará nada, aunque puede estar más caliente que nunca si la situación deportiva no acompaña lo más mínimo. De ser así, lo que no desea nadie en Nervión, difícilmente llegaría García Pimienta a la vuelta del 'impasse' ante el FC Barcelona en Montjuic, si bien ese es un plazo larguísimo ahora mismo en un Sevilla FC donde manda el día a día.