No pasa Rafa Mir, precisamente, por su mejor momento anímico. Deportivamente, se había hecho a la idea de que no jugará con Quique Sánchez Flores salvo que se alineen los astros con lesiones o sanciones y aproveche una salida desde el banquillo, lo que, lógicamente, empeora con el retorno de la Copa de África de su compañero En-Nesyri y el fichaje en este mercado invernal de Alejo Véliz. El de Cartagena es consciente de que, en igualdad de condiciones físicas, estará en el cuarto o quinto lugar de las rotaciones del míster madrileño, tras los mencionados e Isaac Romero, en un nivel similar al del también cuestionado Mariano. Por eso, trató de fichar por el Valencia CF por segunda ventana de transferencias consecutivas, aunque nuevamente le dejaron tirado. ¿Quién? Dependiendo del que cuente la película, el Sevilla FC o el conjunto che. Aunque el desengaño del artillero formado en Mestalla es mayúsculo.
Acudió el propio Mir, ya con la operación caída (según Víctor Orta, por estar ya acostado en Singapur el dueño de los blanquinegros, Peter Lim, y no haber nadie en la capital del Turia con poder ejecutivo), al Ramón Sánchez-Pizjuán la noche del jueves para saber qué había pasado esta vez, llegando a la conclusión de que su casa quedó sin barrer, valga el dicho, por unos y por otros. El '9' tiene la conciencia tranquila, pues esperó al único equipo cuya camiseta quería vestir, rechazando media docena de propuestas en firme (Lille, Wolfsburgo, Torino, Trabzonspor...) y otras tan jugosas como informales (de Rusia, Qatar y Arabia Saudí). Donde más cerca pudo estar de jugar fue en el conjunto 'granata', pero sabía que allí no le iban a pagar más de dos millones de euros netos, por lo que esa exigencia era una manera de garantizarse el 'no' de la otra parte.
Ahora, con los principales mercados de Europa cerrados y hasta sin opciones en la SPL, al cartagenero le han llegado sondeos de última hora desde la MLS (no sólo LA Galaxy), Brasil y Turquía, tres de los principales frentes abiertos, aunque, salvo giro mayúsculo de los acontecimientos, se quedará en la capital hispalense hasta verano, cuando ya sí forzará un adiós que se está dilatando por diferentes razones. A ese compromiso habría llegado verbalmente Rafa Mir con los responsables nervionenses, anunciando que será un profesional y, cuando Quique decida que le toca, pondrá todo su empeño en salvar al Sevilla del descenso. Le duele la condena de la grada de Nervión, aunque sabe que recuperará crédito y cariño con esfuerzo y goles. Por razones personales, no quiere salir de LaLiga por el momento, ya que no quedó satisfecho de su experiencia en Inglaterra, por lo que difícilmente cambiará de opinión. La puerta del Valencia, a día de hoy, cree que está ya cerrada, no encajada.