Tensión en el Sevilla: el psicólogo y el abogado del club, increpados y a la carrera

El encuentro del Sevilla FC ante el Atlético de Madrid ha venido marcado por las protestas de su afición antes, durante y al término del mismo. Bajan revueltas las aguas por Nervión y el clima se ha vuelto irrespirable. No es que sea algo nuevo que el público del Sánchez-Pizjuán muestre su enfado contra el consejo de administración. Pero lo sucedido este domingo ha sido diferente, síntoma del hartazgo de la hinchada con la descomposición que sufre el club.

Ya antes de rodar el balón fueron muchos sevillistas agolpados a las puertas del estadio los que volvieron a pedir la dimisión de Del Nido Carrasco y el resto de dirigentes. Pero una vez con el partido en marcha, durante la segunda mitad, se vio una imagen poco habitual. Desde la grada de Gol Norte, donde se ubican los Biris, comenzaron a lanzarse sobre el área de Oblak una gran cantidad de papeles amarillos con el lema "Junior, vete ya". Tal fue la cantidad que Soto Grado ser vio obligado a interrumpir el encuentro durante unos cuatro minutos, en los que resonó como nunca esa misma frase en boca de todos los presentes. Todo el campo se levantó para pedir la marcha del presidente y también la del director deportivo, Víctor Orta.

Tras una charla del colegiado con los jugadores, el encuentro continuó y el 1-2 final, en el tiempo de prolongación, sólo vino a calentar más los ánimos, viviéndose situaciones de otros tiempos en los aledaños del coliseo nervionense. La peor parte se la llevó José Ignacio Navarro, señalado como el "psicólogo bético" en un duro comunicado de Biris Norte que le ha puesto en el foco de la afición. Así, el director de estrategia y desarrollo corporativo de la entidad, que es realmente el cargo que ostenta, tuvo que regresar a la carrera al Sánchez-Pizjuán tras los intentos de agresión de los aficionados cuando salía del mismo, como se observa en el vídeo compartido por el periodista Javier Merino en sus redes sociales.

El trabajador sevillista tuvo que que ser protegido tanto por los miembros de seguridad privados del club como por la propia Policía, que incluso amenazó con cargar ante los aficionados que llegaban corriendo y le acusaban de salir sonriendo pese a la situación que vive la entidad. Entre amenazas e insultos, además, también vivió un momento complicado el abogado Alberto Pérez-Solano, señalado igualmente como "bético" por Del Nido Benavente en más de una ocasión, teniendo que ser protegido por los miembros de seguridad.