Robert Bozenik se erigió el pasado mercado invernal en la primera opción de Víctor Orta reforzar el ataque nervionense y lo cierto es que la operación estuvo muy cerca de cerrarse en el epílogo de la ventana de enero, pero, al igual que ocurrió con Rafa Mir, la operación se frustró finalmente, provocando, incluso, consecuencias para el futbolista.
Y es que el eslovaco, que ya había alcanzado un acuerdo con los nervionenses, se desplazó a Sevilla el 1 de febrero sin permiso de su club, el Boavista, para consumar su incorporación al Ramón Sánchez-Pizjuán, lo que supuso que la entidad lusa le apartara del equipo momentáneamente y no fuera convocado para el partido contra el Casa Pía, el primero tras el fichaje frustrado.
En su lugar firmó a Alejo Véliz y en su presentación Víctor Orta explicó su versión de lo acontecido. “Llegamos a un acuerdo antes de ayer. La noticia se filtra y recibimos dos requerimientos judiciales del Boavista con una tercera entidad y esos precios eran superiores al precio de traspaso del Sevilla. Esos requerimientos judiciales se tenían que incluir en el contrato. Nos piden tiempo para negociar, se lo damos, buscamos una solución y nos piden dos horas más para negociar esa deuda. No lo consiguen y el jugador no lo puede firmar, porque eso no está en manos del Sevilla”, explicó.
El Boavista, a través de ESTADIO, respondió que sencillamente la última oferta del Sevilla había sido insuficiente y que habían hecho otra operación sin ningún problema. No era la primera propuesta, pues los nervionenses ya habían puesto sobre la mesa dos más, todas rechazadas.
Este choque generó cierta tensión en los clubes, aunque nada que ver con la desatada entre el Valencia y el Sevilla por la negociación fallida por Rafa Mir, y en cierto modo ha repercutido en el futbolista, al menos en la faceta realizadora pese a su reacción inmediata tras cumplir el castigo disciplinario del Boavista, que solo afectó en dicho partido. De hecho, Ricardo Paiva, técnico ajedrezado, ya lo citó y lo devolvió a la titularidad contra el Estoril Praia, y el eslovaco respondió como si no hubiera pasado nada, pues anotó uno de los tantos en el triunfo por 2-1.
Fue un espejismo, pues en los siguientes tres encuentros, en los que ha completado los noventa minutos, no ha vuelto a ver portería y su equipo lo ha acusado con solo un punto de nueve posibles ante Chaves, Braga y Famalicao, lo que preocupa en el Estadio do Bessa. donde está mirado con lupa y tiene contrato hasta 2026. Antes de lo sucedido, sumaba nueve dianas, siete en liga y dos en la copa.
A pesar de lo ocurrido en enero y a sabiendas de que la relación con el Boavista dista de ser la mejor, Víctor Orta, al igual que hacía Monchi, ha mantenido el nombre de Bozenik en su agenda, pues le cuadra en el perfil y se mantiene pendiente de su situación de cara al próximo verano, ya dependiendo de las necesidades que pueda haber en la delantera nervionense. Salvo giro, Isaac Romero debe continuar, pero el futuro de En-Nesyri es una incógnita, pues si no renueva entrará en su último año de contrato y llegarán ofertas sustanciosas por él. El resto de arietes, Alejo Véliz (sin opción de compra), Rafa Mir y Mariano Díaz saldrán tras la conclusión de la campaña, por lo que el Sevilla se verá obligado a potenciar el ataque y Bozenik gusta mucho. Eso sí, habrá que ver si el futbolista, después de la experiencia en enero, sigue por la labor de recalar en Nervión. En invierno, desde luego, lo tenía muy claro.