En la actual coyuntura económica del Sevilla FC, donde incluso se ha optado por despidos de trabajadores sin grandes sueldos para recortar gastos, cualquier ingreso extra es celebrado por todo lo alto. Por ello, en Nervión no pierden de vista a todos aquellos futbolistas que han pasado por su cantera y protagonizan un traspaso internacional, pues este hecho siempre puede dejar alguna ganancia en virtud del mecanismo de solidaridad estipulado por la FIFA.
Con Monchi al frente de la dirección deportiva, la entidad sevillista creó Transfer Tracker, un servicio que facilita la labor de los clubes para reclamar los citados derechos de formación, que pueden alcanzar el 5% del total de la venta si el futbolista en cuestión ha militado en el equipo reclamante entre los 12 y los 21 años. Por ello, este mismo verano ha caído en el Sánchez Pizjuán una 'pedrea' por el traspaso de Rafa Marín al Nápoles, pues el central militó en los escalafones inferiores del club nervionense entre los 12 y los 14 años, antes de poner rumbo al Real Madrid.
Nada habrá que rascar, sin embargo, con Samu Omorodion. Tras romperse a última hora su millonaria venta al Chelsea, el delantero nacido en Melilla, aunque criado en la capital hispalense, ha protagonizado una llamativa operación que le ha llevado al Oporto, que pagará 15 millones de euros por la mitad de los derechos económicos del flamante ganador de la medalla de oro olímpica. De dicha cantidad, que podría llegar a los 25 kilos si el club luso decide ejecutar dos opciones de compra para alcanzar el 80% del pase, el Atlético de Madrid deberá repartir el citado 5% entre los clubes que lo han formado, aunque le restará su parte al firmarlo con 19 años.
Las ingresos derivados de ese concepto, por tanto, llegarán a las arcas del Granada y el Nervión, pero no a las del Sevilla FC. Samu vistió la camiseta blanquirroja en su cantera, pero lo hizo muy pequeño, en edad benjamín, no siendo hasta la categoría infantil cuando la FIFA considera que se ha intervenido en su formación futbolística.
De este modo, en el club de Nervión tienen razones para volver a tirarse de los pelos con un jugador que fue rechazado hasta por dos veces por sus técnicos. Y es que, tras salir una primera vez de la carretera de Utrera, volvió a tener la posibilidad de incorporarlo en edad juvenil, pero lo volvió a descartar. Fue entonces cuando puso rumbo al Granada, que en sólo dos años lo catapultó a la elite y sacó 6 millones de euros por su traspaso. “El Sevilla decidió no apostar por mí. Decían que tenía potencial, pero no la calidad suficiente para jugar allí”, aseguró en su momento el protagonista, al que no se le ha logrado sacar tampoco un mínimo rédito económico.