Diego Alonso sólo lleva 17 días como entrenador del Sevilla FC y este sábado afronta ya su tercer partido, el primero a domicilio, ante el Cádiz CF. El estreno ha sido de órdago, ante el Real Madrid y el Arsenal FC, y de momento no ha podido celebrar su primer triunfo. Con Soumaré como digna excepción, en sus dos primeras citas ha repetido once y, a grandes rasgos, no ha variado demasiado el plan que se estaba viendo con Mendilibar, aunque a pesar de ello las primeras sensaciones han sido positivas y se respira un nivel más alto de intensidad y de querencia por la pelota. Se trata de la primera aventura del uruguayo en los banquillos de LaLiga y del fútbol europeo, por lo que sigue respirándose cierta curiosidad por ver cómo es su trato con el vestuario, cómo es su relación con los pesos pesados y los jóvenes; cómo va a ser su manera de gestionar el fútbol de los nervionenses y, sobre todo, qué fichajes va a necesitar en enero o qué cosas va ir tocando en lo sucesivo para que comience a verse su sello propio.
Para intentar responder a esas preguntas, ESTADIO Deportivo se ha puesto en contacto con una de las personas que mejor conocen a Diego Alonso, como es el entrenador Albert Rudé. El catalán, que el curso pasado rozó el ascenso a Segunda con el CD Castellón en su segunda experiencia como primer técnico tras dirigir al Alajuense costarricense, estuvo trabajando con el nuevo míster del Sevilla FC durante cinco años. Entre 2015 y 2021, ganó tres títulos como su mano derecha en Pachuca, Monterrey e Inter de Miami y ha explicado para este periódico cómo es el charrúa: una persona atenta con los suyos y con dos caras muy diferentes, ambas igual de impactantes y magnéticas, en función de si su discurso es externo o de nivel interno.
"Diego tiene dos facetas. Una es la pública, donde le ves trajeado y es 'gentleman', cuidando muchos sus palabras e intentando defender siempre a muerte a los jugadores y al club. De puertas hacia adentro... le llaman el 'Tornado' Alonso (risas). Es un tornado, es un tío súper intenso y súper exigente, descendiente charrúa. Yo venía de la escuela del FC Barcelona, donde importa mucho el juego y la forma. Con Diego aprendí que hay que competir a muerte, hay que tirarse de cabeza, hay que poner el coche a 180 km/h y luego ya lo iremos poniendo bonito, pero a 180 Km/h. A mí eso me caló mucho", explica Albert Rudé, quien no tiene dudas de que el vestuario nervionense ya conoce su intensidad en el día a día, pero también su cercanía con todos.
Cuatro de los 15 más veteranos de LaLiga juegan en el Sevilla FC -un intocable Sergio Ramos, Jesús Navas, Ivan Rakitic y Fernando Regres- y eso siempre resulta difícil de manejar. "Diego tiene bastante arte para manejar los distintos roles de un vestuario. Lo he podido ver en Pachuca, que vino Keisuke Honda del Milan; luego en Monterrey, que era un equipo muy veterano y un vestuario de pesos pesados; en Inter de Miami llega Blaise Matuidi justo después de ganar el Mundial con Francia... Y ahí ya no estaba, pero en Uruguay tuvo a Luis Suárez, Cavani, Godín... Él tiene recorrido de gestión con gente veterana, pero también con jóvenes. En Pachuca, que tiene una de las mejores canteras, tuvimos a Hirving Lozano con 20 años y no era fácil gestionarlo. Diego tiene mucha mano izquierda", destaca su amigo Albert Rudé.
En los primeros rasgos que ha dejado ver el Sevilla FC de Diego Alonso, hay muchos gustos comunes con el estilo de Mendilibar de defensa adelantada, presión alta, muchos centros laterales, un único '9'... Es evidente que no va a cambiarlo todo nada más llegar, pero el sevillismo se pregunta qué va a tocar para conseguir que el equipo mejore. "Lo que tengo más claro es que Diego es de presiones altísimas para incomodar mucho al rival. Luego, le encantan las transiciones y la verticalidad, pero trabaja mucho la fase con balón y siempre busca profundidad por las bandas. Siempre repetía 'Vamos a construir para llevar el balón afuera y cuando lo tengamos ahí, a muerte porque es cuando empieza el desequilibrio'. Tengo ganas de ver esa evolución y cómo va implementando sus rasgos. Ha llegado y le han tocado Real Madrid y Arsenal, no es fácil. Le han tocados dos huesos...", recuerda Rudé en descarga del uruguayo.
Variabilidad, es la palabra clave del estilo de Diego Alonso, que defiende que hay que manejar los distintos lenguajes y estilos para luego variar la aplicación en función del tipo de rival, del tipo de partido y del momento exacto. Importa la forma, pero aún más importa el resultado: "Le encanta estudiar al rival. Esa variabilidad la aplicaba en función de la información que tuviésemos del rival. Es la clave de su esencia".
"Diego te dice 'Tenemos este plan para ganar, si no se puede con el plan, hay que ganar igual'. Yo venía de un estilo donde el plan es importantísimo y hay que respetarlo hasta el final. Él me decía 'Olvídate del plan, vamos de cabeza, con transiciones a muerte, a cargar el área, aunque atrás nos quedemos expuestos. Vamos a ganar esto de otra forma, como sea, pero vamos a ganar'. En ese sentido le marcó mucho el "Ganar, ganar y ganar" de Luis Aragonés", explica el que fuera su ayudante durante más de un lustro.
"Qué fichajes pedirá en enero o qué necesita son dos preguntas para él. Yo te puedo decir que lo básico para Diego son los extremos, quiere extremos muy picantes, con constante ida y vuelta, que contragolpeen... Él también se sabe adaptar a lo que tiene y sabe lo que tiene mejor que yo; pero mira, por ejemplo, en Pachuca tuvimos la oportunidad de fichar a Keisuke Honda, que es un 'falso extremo' que se mete hacia adentro. Diego le dijo al club: 'Vale, pero entonces me tenéis que traer a un lateral que sea una bestia parda'. Pidió un lateral-extremo que cubriese toda la banda para no renunciar a esa amplitud por fuera. Luego, por dentro le gusta tener gente con mucho pie, que pueda llevar el balón a la gente de arriba con tiempo y espacio para, a partir de ahí, desequilibrar".