Sólo estuvo tres años en el Sevilla FC y, salvo el primero, no están entre los mejores del club, pero dejo huella. Su salida no fue la deseada, pero sigue muy ligado al club en muchos aspectos y su relación con la afición sevillista no ha mermado en este tiempo. Wissam Ben Yedder dejó buenos recuerdos, jugadas espectaculares y, sobre todo, muchos goles, nada menos que 70 en 137 partidos.
El 'Miarma', como le llamaban y le siguen llamando cumplía hoy 32 años y el Sevilla no ha olvidado una fecha tan señalada, dedicándole un mensaje a través de sus cuentas en redes sociales, en la que se le ve celebrando un gol con la camiseta sevillista.
El futbolista galo, lejos de haber bajado su rendimiento a su regreso al país vecino, ha mejorado sus números con el Mónaco. En una Liga inferior a la española se ha erigido en el gran goleador del campeonato, aparte de los intocables del PSG. Lleva anotados 74 goles y ha dado 25 asistencias en solo 126 encuentros.
A lo largo de esos tres años vivió momentos emotivos, pero se recuerda especialmente su actuación estelar en Old Trafford, donde bajó los humos a uno de los clubes más poderosos del mundo y dejó a José Mourinho y a los suyos en octavos de final de la Champions. Hasta ahora es el tope máximo alcanzado por el Sevilla en toda su historia.
Su gran momento no ha pasado inadvertido para un Didier Deschamps que ha empezado a llamarlo con mayor asiduidad tras dejar el cuadro hispalense. El jugador ha entrado en todas las últimas listas y, de hecho, sumó el que hasta ahora es su único título en la final de la Liga de Naciones, en la que Francia venció a España con aquel polémico gol de Mbappé. A día de hoy parece tener plaza fija en el Mundial de Qatar que se juega dentro de 100 días.
No es el único goleador del que se acordaba el Sevilla, porque si uno dejó huella por sus goles, Ernesto Chevantón lo dejó por su carisma. Las lesiones le impidieron alcanzar cotas más altas con el Sevilla, pero para la memoria, los dos tantos que le hizo al Real Madrid en la campaña 06/07, uno para darle el triunfo al Sevilla y, el otro, para ganarle el gol average a los blancos y llegar vivos al final del campeonato. Aquel en el que Iturralde González no quiso ver dos penaltis en Mallorca.
Ese mismo año anotaría su gol más importante con el equipo de Nervión, aunque casi nadie se acuerda de él. Fue en Donetsk, un lugar ahora marcado por la guerra, y ante el Shakhtar, en aquel triunfo en la prórroga (2-3) que dio al Sevilla el pase en la Copa de la UEFA. Aunque casi todo el mundo del que se acuerda es del gol del empate que llevó a esa prórroga, que fue el de Palop.