Sergio Ramos paga los platos rotos de la vajilla de siempre

LaLiga denunció cánticos reiterados en forma de insultos por parte de un sector de la afición del Atlético de Madrid hacía Sergio Ramos, jugador del Sevilla FC, durante el partido liguero que ambos conjuntos disputaron el pasado 23 de diciembre en el estadio Cívitas Metropolitano, correspondiente a la cuarta jornada del campeonato doméstico de la regularidad, aplazado por el temporal en septiembre y recuperado en vísperas de Nochebuena, con 1-0 final a favor de los colchoneros. Cada semana, la patronal de los clubes españoles remite un escrito de denuncia al Comité de Competición de la RFEF y a la Comisión Antiviolencia con aquellas manifestaciones físicas y, como en este caso, verbales que se producen en los encuentros de fútbol que inciten a la violencia o tengan un contenido denigrante o intolerante.

Estos cánticos aparecen recogidos como comportamientos prohibidos y, por tanto, sancionables, tanto en el Código de Disciplina Deportiva de la Española como en la legislación contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. LaLiga, través de su plataforma LALIGAVS, recoge los reportes, sugerencias o requerimientos de los aficionados que acuden a los recintos deportivos, con el fin de contribuir a la lucha contra esta lacra en los estadios. En concreto, durante el descanso del Atleti-Sevilla y antes de iniciarse la segunda parte, aficionados locales, ubicados en la grada destinada a la afición visitante, Fondo Norte Alto, entonaron de forma coral y coordinada, durante aproximadamente ocho segundos, el cántico "Sergio Ramos, hijo de puta", un lema que volvieron a entonar antes de concluir el encuentro junto con el de "sevillanos, yonkis y gitanos".

Por su parte, los hinchas nervionenses, ubicados en la Grada Baja del Fondo Sur, corearon, durante aproximadamente seis segundos, el cántico "Frente Atleti, asesinos", al que siguieron otros como "Atleti, Atleti, Atlético de Madrid, mierda". Un episodio más en los enfrentamientos, por fortuna sólo a distancia en esta ocasión, entre dos aficiones históricamente rivales, especialmente por la adscripción política contraria de sus ultras, de extrema derecha en el caso colchonero y de extrema izquierda, en el sevillista. Además, el pasado madridista de Ramos fue la gota que colmó el vaso para su anfitrión, que dedicó improperios al central natural de Camas y propició que éste pagase los platos rotos de una vajilla que tradicionalmente suele 'romperse' cuando estos dos equipos cruzan sus caminos en un terreno de juego. Ahora, las autoridades deportivas y gubernamentales deben determinar si los hechos deben acarrear algún tipo de sanción o multa.

EFE