Sergio Ramos se erigió en uno de los grandes protagonistas de la importantísima victoria conseguida por el Sevilla en el Coliseum, pues marcó el tanto del triunfo en el minuto 5 en un día muy especial para él, porque cumple 38 años.
Tras el choque, el camero se mostró muy satisfecho por la diana y, sobre todo, por los tres puntos, vitales en la guerra nervionense para evitar el descenso. "Siempre es muy gratificante a nivel personal marcar un gol, pero sobre todo estoy feliz por la victoria, porque los tres puntos son muy importantes para salir de los puestos de abajo", señaló Ramos, que reconoció que llegaron con presión tras la victoria del Cádiz.
"Los equipos que están abajo vienen fuertes. Nosotros teníamos la ventaja de que salíamos sabiendo ya que había ganado el Cádiz. Es verdad que teníamos presión y que estábamos obligados a ganar, pero salimos con las ideas muy claras y todo ha ido muy bien. Lo importante ahora mismo es que dependemos de nosotros mismos, no de nadie, y eso nos da ventaja", explicó el central camero, muy satisfecho por su tanto.
"El Getafe es un rival que lo pone muy difícil siempre, y hoy he podido ayudar al equipo con el gol para una victoria muy importante y el día de muy cumpleaños, que más le puedo pedir a la vida más allá de salud", celebró el zaguero, que asegura sentirse joven, lo que s epodría entender como un mensaje al Sevilla sobre surenovación: "Los años están en el DNI, pero yo me siento muy joven, como cuando empecé. Me encuentro perfectamente, la verdad para seguir".
Además, salió al paso de cualquier polémica sobre su celebración, asegurando que en ningún momento estaba mandando callar a nadie, sino que se trataba de una celebración especial. "No, no, no he mandado a callar a nadie. Era el gesto de soplar las velitas. Esa celebración iba dedicada a un amigo al que le quería dedicar el tanto, siempre me ha ayudado mucho en los momentos complicado e iba por él", aclaró un Sergio Ramos que también habló con claridad por el supuesto insulto racista de un aficionado a Acuña que obligó a parar el choque y a que Iglesias Villanueva tomara medidas.
"Venimos hace tiempo pidiendo respeto, para que la gente no venga a decir tonterías y a insultar a los futbolistas", indicó Ramos, que explicó lo sucedido: "El línier escuchó un insulto a Acuña y se comunicó el árbitro. A ver si conseguimos limpiar la imagen del fútbol".