Aitor Torvisco7 min lecturaEl Sevilla FC vuelve a estar en problemas. Después de un buen inicio de 2023, ha vuelto a retroceder y visitará este sábado al Atlético de Madrid a sólo dos puntos de descenso, después de sumar una única victoria (2-0 al RCD Mallorca) en las últimas cuatro jornadas, con un empate (1-1 ante el Rayo) y dos derrotas (3-0 en Barcelona y 1-2 ante Osasuna). Jorge Sampaoli admite que hay un exceso de nerviosismo que nubla la visión a la plantilla y a él mismo, que suma ya siete amarillas y dos rojas. Este estado permanente de desánimo y frustración no sólo le acarrea resultados negativos, sino que le lleva a un caos que deja imágenes poco deseables como los insultos al árbitro que le han costado cuatro partidos de sanción a Fernando Reges o la polémica imagen de Marcos Acuña arrugando y tirando con malos modos un papel con instrucciones técnicas.
Sobre esta acción de Acuña ha hablado Sampaoli este mismo viernes, en la rueda de prensa previa al partido contra el Atlético de Madrid. El técnico del Sevilla FC ha dado un pequeño tirón de orejas al 'Huevo' al dejar claro que en la nota ponía justo lo que pasó en el gol del triunfo de Osasuna, por lo que entiende que podría haberse evitado; pero empatiza con sus jugadores, entiende la crispación y la tensión que les atenaza e incluso se mete en el saco de la autocrítica al admitir que es el primero que debe aprender a controlar sus emociones.
"Sinceramente, no le di mucha trascendencia al hecho, aunque por supuesto que hablé con el jugador. No fue determinación mía, ese papel lo escribió un miembro del cuerpo técnico y eran instrucciones para que el equipo no perdiese, intentando que no pasara la acción como en la que Abde hizo el gol. Me podría enojar con Marcos, pero creo que es fruto de la desesperación. El equipo está en una situación a la que no está acostumbrado, con muchos incovenientes (pandemia de gripe, lesiones, sanciones...) y todo eso te genera anarquía del pensamiento cuando ves que no puedes ganar. Lo que veo de este equipo es que cuando está junto y organizado es competitivo y cuando no es un equipo débil".
"Es una nueva incomodidad en un lugar donde venimos repitiendo incomodidades con lesiones y sanciones. Para lamentarse por lo ocurrido ya es tarde. Hay que intentar provocar situaciones para tener a toda la plantilla a disposición, algo que aún no hemos podido conseguir todavía desde que llegamos, y tener más recursos para preparar mejor los partidos".
"El fútbol dejó de ser deporte y se ha convertido en una historia de acusaciones, histeria y reproches. Hay mucha pelea. Creo que si fuera árbitro miraría más hacia dentro que hacia fuera, me centraría en el partido y me olvidaría de lo demás. No hay que ponerle tanto ojo a ese fervor excesivo en cada situación y en cada resultado. Es un grado de infelicidad constante y eso hace que haya mucha tensión. Los árbitros se manejan dentro de un reglamento, lo entiendo y lo hacen bien, pero creo que también deben entender las situaciones y no ser tan estrictos. Creo que un jugador de la trayectoria de Fernando merecía una consideración diferente".
Nadie de la plantilla del Sevilla FC lleva tantas tarjetas como el propio Sampaoli, que además llegó dos meses después del inicio de la temporada. El técnico admite su error y promete intentar remediarlo: "Hay autocrítica constante. Vivo esto con una pasión exagerada, mucho más exagerada de lo que corresponde a un profesional, pero me ha pasado toda mi carrera sin poderlo remediar. Me hago cargo y trato de aprender que las normas ahora son mucho más estrictas y debo amoldarme al reglamento".
"Seguramente Simeone lo vivirá con la misma pasión, no alcanzo a analizarla, pero yo soy más desordenado en el área técnica, que es lo que me perjudica a mí. Él es más organizado. Es mi responsabilidad y me he propuesto contener emociones para no generar incomodidad a los que imparten justicia. La etapa anterior aquí en España fue menos traumática para mí, tendré que corregirlo; pero es algo que me ha pasado en todos los lugares en los que he trabajado, no sólo en España".
"Creo que la desesperación que se genera se debe al momento del equipo y de todo club. Ese nerviosismo se traslada al campo y nos genera vulnerabilidad. Tenemos que respetar la forma y la idea, porque si nos contagiamos de los nervios de la gente nos volvemos anárquicos. Había deseo de ganar de cualquier forma y yo veía que el rival nos podía meter otro cuando cambió a sus delanteros, por eso hice esos dos cambios al final (Montiel y Telles)"."Hablamos bastante de hechos puntuales. Para mí son actos de desesperación por ese contagio de caos. Si hubiésemos ganado habría sido grandioso como fortaleza de grupo. Todo depende de ganar. Cuando se gana todo es fabuloso. Pero nosotros somos conductores y tenemos que llevar todo esto por un camino. Hay equipos que sacan mucha ventaja del caos, pero nosotros no, nosotros necesitamos estar muy juntos y muy organizados. Cuando entramos en el caos, ya pasó en este proyecto y en el anterior, el equipo no saca ninguna rentabilidad".