Álvaro Palomo4 min lecturaQuique Sánchez Flores dejó huella en Nervión por su capacidad para revertir la situación de un Sevilla que coqueteaba peligrosamente con el descenso tras las etapas en el banquillo de Mendilibar y Diego Alonso. Y lo hizo acompañado de un segundo como amplia experiencia como primer entrenador, su amigo José Luis Oltra.
Una relación profesional que, sin embargo ha llegado a su fin, pues ambos separan sus caminos tal y como ha confirmado el propio Oltra, no por desavenencias, sino porque quiere retomar su camino como máximo responsable de un banquillo.
"La relación con Quique es de amistad, respeto y admiración por ambas partes. No he sido un segundo al uso. Yo lo entendí como que me tenía que adaptar, pero creo que he aportado al Sevilla y al club. Quiero entrenar y seguir mi camino, sin dejar de valorar el volver a juntarme con Quique en un futuro", señaló Oltra en una entrevista en Marca, en la que añadió: "Yo siempre he sido primer entrenador y, en el fondo, ese gusanillo y esas ganas las tengo. Estoy más que preparado para hacerlo. Llevaba 19 años consecutivos entre Primera y Segunda entrenando, con más de 400 partidos en Segunda, antes de irme a Chipre. Tenía la idea de volver".
En este sentido, Oltra confirmó que 'rompe' con Quique a la par que bendice el trabajo que está realizando García Pimienta, que les tomó el relevo en el Sánchez-Pizjuán cuando decidieron no prolongar su etapa como nervionenses. "Todos los entrenadores vivimos de los resultados. El inicio no fue bueno en cuanto a resultados, pero se veía una idea y un potencial. Con el tiempo va a mejor. Contento por la marcha del equipo, que compite mejor y con mejores resultados", indicó Oltra, siempre sincero y que reiteró que las puertas del Sevilla están abiertas para ellos.
"Llegamos con un plan de emergencia y fue duro. Hicimos un trabajo francamente bueno y tenemos las puertas abiertas de cara al futuro. Solo tengo palabras de agradecimiento y elogio al club y, por supuesto, a Quique", apuntó el valenciano, que explicó de nuevo los motivos de su salida: "Sinceramente, lo que hubo fue un desgaste de la propia situación. Las dos partes necesitábamos un respiro por la situación angustiosa que habíamos vivido. Tenemos una gran relación con el club y un buen sabor de boca por el trabajo que hicimos".
También se refirió al último derbi ganado por el Sevilla y lamentó no poder haberlo vivido en casa la temporada pasada. "Nos quedó ese regusto de no ganar y de no jugarlo en casa. Un partido grandísimo donde juegas por mucho más que tres puntos, por un sentimiento. La afición te lo hace ver así desde el principio, y más en esas semanas. Los derbis son muy igualados. El Sevilla estuvo un punto por encima y ganó bien, en un penalti que para mí no tiene discusión. Ganó tres puntos que lo acercan a la parte alta. El equipo está un poco mejor, la verdad", señaló.
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