La recompensa para quien no ha parado de levantarse: "Por ganas no será"

Un golazo casi desde el círculo central supuso la rúbrica perfecta a la aportación de los canteranos al amistoso ante el Mónaco, con un Pedro Ortiz deseoso de volver a llamar a la puerta del primer equipo

La recompensa para quien no ha parado de levantarse: "Por ganas no será"
El mediocentro balear sonríe tras anotar el 1-1 ante los monegascos. - SFC
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura

"Venía conduciendo, he visto al portero adelantado y, por suerte, ha entrado. Cuando le pegué, pensaba que no, pero al final sí. Muy contento por el gol", apuntaba en los micrófonos de Sevilla FC Televisión un Pedro Ortiz exultante, aunque sereno, con la misma entereza con la que ha afrontado la adversidad, que le azotó con crueldad en los últimos meses. Mediocentro de potencia, briega, pero, sobre todo, criterio y calidad, Julen Lopetegui le dio la oportunidad en los estertores de la primera jornada de la 21/22 ante el Rayo Vallecano, convocándole luego para Getafe, aunque una grave lesión de rodilla fastidió su campaña desde octubre hasta casi mayo de éste. Luego, dolencias menores le privaron de la continuidad necesaria para un futbolista, más aún en su demarcación. Pero no se rindió.

En la 22/23, el destino se llevó a su madre, a quien dedicaba este miércoles su golazo desde casi el centro del campo, fruto de un robo de balón y de una conducción con pierna izquierda que terminó en una vaselina perfecta, superando al meta del Mónaco y deteniéndose sin botar en la red. Un tanto que calentó el ambiente en la grada, que luchaba contra el frío y la lluvia, amén de concretar un empate más justo con lo visto sobre el terreno de juego de 'La Bombonera', donde los profesionales ofrecieron una carta de presentación prometedora para lo que resta de curso, al tiempo que los chavales del filial salieron al rescate, después de que un error impropio del reaparecido Fernando, que no se entendió con Nianzou, diera origen al 0-1 justo antes del carrusel de cambios.

"Trabajar, trabajar, trabajar"

El centrocampista balear se vanaglorió del apoyo de la grada, dejando claro que "la afición en este estadio es uno más, anima muchísimo y apoya a lo grande", lo que sin duda fue un caramelo añadido al 1-1, que tiene una clara destinataria: "Quiero dedicar el gol a toda mi familia, especialmente a mi madre, que sé que siempre está conmigo. El pasado no fue un año agradable, pero son gajes del oficio, cosas que pasan en el fútbol. Uno no debe parar de levantarse, de trabajar, trabajar y trabajar, porque, al final, siempre llega la recompensa. Cuando te dan una oportunidad de éstas, debes aprovecharla. Por supuesto, por ganas no será". Y, desde luego, el derroche de Pedro Ortiz y sus compañeros del segundo equipo, algunos (como Manu Bueno) todavía en edad juvenil, fue digno de elogio.