Ramos lo pone muy fácil y Orta saca a Castro de un apuro

El jefe de la planificación explicó paso a paso cómo fue el mercado estival, aunque confesó que quizás debieron ser "menos vehementes" al hablar de que el camero no ficharía, por lo que le pidió perdón

Ramos lo pone muy fácil y Orta saca a Castro de un apuro
El presidente y el director deportivo flanquean al gran protagonista. - Lince
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura

"Quería agradecer a Sergio su paciencia para aguantar hasta el final. Tenía una visión... y fue la verdadera. Cuando llego, había 32 jugadores y 4 canteranos. Desde el principio, con seis centrales, ese puesto no era prioritario. Gudelj era también central para el entrenador, que tenía mucha fe en Marcao. Nianzou, de los mejores en su puesto sub 21 del Mundo... En el mercado, tratamos de sacar jugadores. El vicepresidente primero no miente, porque teníamos otras prioridades. Luego, la prioridad fue tener a todos inscritos y no hacerles pasar el mal trago. En la primera jornada, ya lo estaban todos. Luego, habla Pepe Castro antes de la final de la Supercopa y tampoco miente... Sigue avanzando el mercado y, el 1 de septiembre, último día de mercado, tenemos 26 jugadores, con 0 euros de límite salarial, además de dos lesiones de centrales. El entrenador nos pide reforzar el centro del campo", comenzaba explicando Víctor Orta el devenir del no fichaje, al principio de Sergio Ramos, aunque luego matizó.

"El sábado por la noche, José María del Nido Carrasco me pide que reflexione sobre la posibilidad de reforzarnos en el centro de la defensa. Vi una serie en HBO en la que un entrenador estuvo a punto de no firmar a Magic Johnson porque le daba inseguridad. El filósofo Hume decía que nuestra diferencia con los animales es la capacidad de rectificar y reconocer los errores. Quedamos en hablar tras el partido del Metropolitano, que no se jugó, y tuvimos una videollamada, muy constructiva. El día 1 tuve una conversación muy honesta con René Ramos que le agradezco. El 2-3 vimos que era la mejor opción. Fuimos vehementes y quizás tuvimos que no ser tan radicales y dejar una puerta abierta. Te pido perdón por eso. Pero los escudos están muy por encima de las personas, del presidente, de Ramos y de Víctor Orta", terminaba el madrileño, que rompió el hielo sobre uno de esos comentarios polémicos al regalar al presidente un avión de juguete, que acabó siendo para uno de los hijos del central aljarafeño.

Y el utrerano recogía el testigo para zanjar el asunto: "No tenemos miedo a nada ni a nadie. En 27 años que llevo en el club, hemos pasado por cosas buenas y malas. Este fútbol no es el de antes por el control económico. El planteamiento que ha hecho Víctor es lo que ha pasado. ¿Cómo voy a dudar de un campeón del Mundo? Las cosas son como son y, a veces, llegan como llegan. Se ha portado muy bien en materia económica y en su paciencia. Me quedo con lo que dice de que somos los que somos (en alusión a la referida salida del camero en 2005 y su enfrentamiento durante años con Del Nido Benavente, que el protagonista analizó así para ESTADIO Deportivo) y todos queremos conseguir títulos para el club. Tenemos que decir lo que el club necesita que digamos. A veces, tenemos que rectificar y pedir disculpas".

Pero lo cierto es que Ramos no incidió en las famosas declaraciones de los rectores nervionenses sobre la imposibilidad de su regreso: "Siempre he sido muy optimista. Si estoy aquí, será por algo. No deja de ser una anécdota, porque imagino que habrá sido una decisión consensuada. No lo voy a tener en cuenta, porque remamos todos en el mismo barco. Eso ya es pasado y defendemos el mismo escudo. Se habían dado contactos, pero nada real. Hice la maleta de Madrid a la finca de Camas, me la volví a llevar cuando se cerró el mercado... Pero la ilusión que teníamos ha hecho que se den las cosas. Cuando me llaman, la primera opción siempre fue volver a casa. Agradezco el cariño y la oportunidad a todos. Cuando me dijo mi hermano René que lo del Sevilla había salido, era la última oferta en llegar, pero la primera para mí. Llevaba tres meses esperando; ahora toca hablar menos en la sala de prensa y más en el campo".