Granada
Sevilla
Decía Quique Sánchez Flores en su presentación el pasado lunes por la noche, tras haber completado apenas una sesión de trabajo con sus nuevos futbolistas, que se había encontrado una plantilla de una gran calidad humana. "Tenemos claro que hay una calidad humana extraordinaria en el vestuario. Y esto es importante, es algo que los entrenadores siempre preguntamos al llegar a los equipos, si hay calidad humana suficiente para poder revertir la situación. Y hay una calidad humana extraordinaria", confesaba el nuevo entrenador del Sevilla Fútbol Club, al que tan sólo le ha bastado un entrenamiento y un partido para demostrarlo.
Quique Sánchez Flores también tenía razón también en que para el partido de anoche ante el Granada él y su cuerpo técnico dependían "al cien por cien de una serie de jugadores" y estos han demostrado que necesitaban un cambio desde el banquillo, como el propio Sergio Ramos reconocía anoche tras el choque.
Y es que el partido ante el Granada fue el primer paso para la búsqueda de esa "redención" a la que el míster nervionense apelaba en su presentación, sabiendo que queda mucho por delante y que todavía no hay nada hecho, pero lo primero era Granada y cambiar la mentalidad y el estado de ánimo de sus futbolistas, unos futbolistas a los que se había encontrado "tristes, caídos y preocupados". Todo lo contrario a la actitud que se vio ayer durante el partido y sobre todo al término del mismo, donde las cámaras del club nervionense nos mostraron un vestuario eufórico tras muchos jornadas sin ganar.
Pero no fue solo el triunfo en sí, sino como se consiguió y en qué circunstancias. La vuelta de Marcao al campo, la presencia del capitán Jesús Navas en el vestuario felicitando a sus compañeros... Quique Sánchez Flores abrazó y felicitó a todos y cada uno de sus futbolistas, se pudo ver a un Víctor Orta mucho más suelto charlando animadamente con el propio Quique, Juanlu o Manu Bueno.
El abrazo también entre Marcao y En-Nesyri, quien lo felicitaba por su regreso a los terrenos de juego. "Gracias, hermano", le respondía el brasileño, que no cabía en si de felicidad por volver a sentirse futbolista. Navas, vestido de calle entraba para abrazar a Kike Salas, Manu Bueno, Marcao o En-Nesyri. Muchas palabras de ánimo y sobre todo, el ambiente de alegría que logra un balsámico triunfo, porque Quique Sánchez Flores tenía razón.