El Sevilla FC intentará usar la energía extra obtenida después del 0-3 ante el Granada CF (la primera victoria en tres meses) para terminar con buen sabor de boca un 2023 de demasiados contrastes y numerosas decepciones. Tras debutar con un triunfo a pesar de tener de baja a dos tercios exactos de su plantilla, Quique Sánchez Flores volverá a Madrid para enfrentarse este sábado al Atlético de Madrid en el partido aplazado de la cuarta jornada de LaLiga EA Sports, anterior a la fugaz y funesta etapa de Diego Alonso y antes de que José Luis Mendilibar fuese despedido.
Antes de viajar a la capital, Quique ha programado un último entrenamiento en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios a las 16:30 horas de este viernes para adecuarse a la hora del encuentro de este sábado contra el Atlético de Madrid en el Cívitas Metropolitano. El nuevo entrenador del Sevilla FC recupera seguro a Ivan Rakitic, una vez cumplido en Granada su partido de sanción por acumulación de amarillas, y confía en sumar a alguno de los muchos integrantes de la enfermería. Aunque no pinta fácil.
Antes de este último entrenamiento, el míster del Sevilla FC pasó por sala de prensa para analizar el estado de su tropa, que sigue muy mermada a pesar de las esperanzadoras noticias de la sesión matinal del viernes, en la que se ejercitó con el grupo de manera parcial Djibril Sow, ausente en Los Cármenes por una "tendinopatia aquilea" que recomienda no correr riesgos. También se dejaron ver haciendo trabajo de campo Loïc Badé, con una lesión de gemelo, y Marcos Acuña, de baja por una dolencia en el bíceps femoral. No obstante, tampoco están disponibles.
Desde hace un par de semanas se esperaba que regresasen los tocados Joan Jordán, Mariano Díaz y Erik Lamela, que en teoría no sufrían convalecencias graves, pero tampoco se han sumado por el momento. Asimismo, siguen de baja Tanguy Nianzou, Jesús Navas, Fernando Reges y Dodi Lukebakio más el no inscrito Alfonso Pastor, para un total de 12 lesionados. Del primero de ellos, del centrocampista catalán, se ha hablado mucho en los últimos días por las informaciones que apuntaban a que el '8' blanquirrojo era el destinatario de los dardos que Sergio Ramos envió desde Lens.
"Los chicos que estuvieron al margen seguirán al margen pero comienzan a ver la luz. Esperamos que vuelvan después de este parón de Navidad y los que aún no están ni trabajando al margen del grupo, pues tampoco están. Sí me gusta el hecho de que hablo con ellos y están con muchas ganas de volver. A veces, cuando la situación es tan negativa, las bajas por lesión se alargan demasiado... Yo les veo con ganas de participar y eso es muy importante para mí", explicó Quique Sánchez Flores en rueda de prensa. Como queriendo decir. O, más bien, diciendo sin decir y que cada cuál en el vestuario decida si se da o no por aludido.
"Hay jugadores que he visto poco porque siguen con trabajo individualizado y no salen al campo. No hay mejor antídoto para la tristeza en el fútbol que la victoria. Cuando no ganas estás cerca del fracaso. Cuando ganas estás feliz, alegre, trabajas mejor... Con Marco, por ejemplo, hizo un esfuerzo por estar. Los médicos nos dijeron que no corría riesgos si jugaba pocos minutos y en un partido con poca exigencia. Tenemos que recuperar a Marcao, hablar con él, convencerle... Creemos que los jugadores tienen ganas de volver", argumentó. A buen entendedor...
"La verdad es que pasó todo tan rápido que no me dio tiempo a impregnarme del ambiente negativo. Sólo había un día para preparar las cosas antes de jugar en Granada y no he llegado a ver esa sensación que hay cuando las cosas no van bien. Tenemos que tener ese equilibrio mental, pero seguimos teniendo muy poco tiempo de preparación. En apenas unos días vamos a jugar dos partidos sin estar preparados aún, pero ya nos vamos conociendo un poco más. Vamos a un estadio complicado donde llevamos mucho tiempo sin ganar. A ver si podemos hacer un buen partido y revertir también eso", añadió Quique.