Sevilla
Granada
Sin alardes, sin nadie que descollara claramente por encima del resto. Este Sevilla FC, que acumula cinco jornadas sin perder (cuatro victorias y un empate), ha alcanzado la permanencia matemática con cuatro jornadas de antelación, emulando lo del curso pasado con José Luis Mendilibar. Y Quique Sánchez Flores lo ha conseguido desde el bloque, apostando por una línea de tres centrales y, desde la fiabilidad defensiva, encomendándose a la calidad de los de arriba o, simplemente, a la pegada. Cuando los resultados han sonreído, por fin, a los nervionenses, algunos llamados a marcar diferencias se han soltado. Ante el Granada CF, que se queda virtualmente en Segunda con esta derrota, yendo de menos a más, recuperando tras el descanso la seriedad atrás y apostando, por qué no decirlo, por un bloque bajo para sustentar la reacción. Dos tiros entre palos, dos goles. Desde ahí, espacios para que, una vez desencadenado, el cuadro hispalense se gustase un poco.
NYLAND: 7
Asumió algún que otro riesgo innecesario con el pie, pero también inició 3-4 de contras prometedoras. Seguro bajo palos en un tiro raso de Arezo y en otro alto de Jozwiak que repelió el larguero antes de acabar en la red y ser anulado. Reanudación bastante más plácida, con poco trabajo para el noruego, a quien le bastó con mostrarse atento y concentrado, aunque tuvo que intervenir sobre la bocina ante los intentos postreros de Gonzalo Villar y Hongla.
JESÚS NAVAS: 6
Se reactivó su conexión de antaño con Ocampos. Le dejaron centrar sin oposición en el 1-0 y no lo desaprovechó. Repitió varias veces esa acción en el primer tiempo, siendo prácticamente el único argumento ofensivo de los nervionenses. Se proyectó más en la segunda mitad, combinando servicios colgados con inteligencia entre líneas para encontrar a compañeros desde segunda línea.
BADÉ: 5
Despistado en algunas combinaciones visitantes a cámara lenta, erró alguna vez en la salida, pero lo compensó recuperando terreno y despejando tras un contragolpe en superioridad al filo del descanso que olía a empate. Menos complicaciones en la segunda parte, donde rompió líneas varias veces desde atrás.
SERGIO RAMOS: 5
Se tomó algunas licencias ofensivas, como una acción en la que no dejó solo por poco a En-Nesyri ejerciendo de '10'. Contundente cuando corregía en los costados, no brilló en esta ocasión en los despejes posicionales. Con el 2-0, se aplicó en la contención y volvió a ser el de casi siempre.
KIKE SALAS: 5
Pellistri le buscó varias veces las cosquillas, aunque mantuvo el tipo. Poderoso por alto, agradeció las ayudas de Acuña y que el colectivo se lo tomara más en serio tras la charla de Quique. Se marchó acalambrado.
ACUÑA: 6
Cabeceó picado a la red en el gol, aprovechando su profundidad y el despiste en la marca de Bruno Méndez, aunque tampoco profundizó mucho más por la izquierda antes del descanso. Mejoró, como el resto, con el marcador más holgado, hasta el punto de que estuvo a punto de aliarse con En-Nesyri para marcar un segundo tanto sorprendente.
AGOUMÉ: 7
Parece lento y desidioso, pero abortó un par de ataques peligrosos de Arezo en el primer tiempo casi como último hombre. No se complicó nada en las entregas y exhibió su físico en anticipaciones y duelos cuando el Granada dejó huecos en busca de recortar distancias. A punto de repetir como asistente, como ante Las Palmas, pero no acertó Lamela en posición franca.
SOUMARÉ: 8
Más perdido que de costumbre en el arranque, en parte por la autopista central que aprovechaban los nazaríes, sin una referencia por delante que sí solían ser Óliver Torres y Suso otras jornadas. Despertó en la reanudación, robando el balón que terminó en el segundo tanto nervionense. A partir de entonces, se creció para demostrar que, concentrado y animado, marca diferencias en la parcela ancha.
LAMELA: 6
Se giró bien varias veces en una zona del campo que le convertía en indetectable para la defensa foránea, aunque anduvo intermitente, sin finalizar ninguna jugada. Colaboró de primeras en la contra del 2-0 y se soltó un poco más para buscar acciones individuales con espacios. Tuvo el tercero con su pierna mala, siendo sustituido al acusar la inactividad previa.
OCAMPOS: 7
Con libertad de movimientos en la media punta, mejor cuando caía a la derecha y se asociaba con Navas. Se dio un carrerón para devolver la pared a En-Nesyri en el 2-0. Tuvo el tercero con un cabezazo a bocajarro que abortó Batalla. Incansable de nuevo, sin perdonar un solo esfuerzo.
EN-NESYRI: 7
Vino atrás a recibir y cayó a la izquierda para fomentar las llegadas desde la segunda línea. No pudo cazar ningún centro de Navas, por lo que se aburrió un poco, echando de menos a su socio Isaac Romero, con el que sí se entendía bien para asociaciones y desmarques. Se redimió nada más pasar por vestuarios, asociándose con Ocampos para apuntillar al Granada. Agarrado por Ignasi Miquel, no pudo ajustar el remate en un testarazo a quemarropa.
NIANZOU: 5
No desentonó en la recta final, evitando riesgos innecesarios.
LUKÉBAKIO: 7
Golazo, tras volver loco a Carlos Neva, para redimirse de un mal derbi.
VÉLIZ: 5
Mano a mano con Batalla que no aprovechó por poco y que habría sido un alegrón tras no haber contado casi con minutos en Nervión.
MEJBRI: 5
Combinó bien en la media punta pese a tener pocos minutos. Puso de gol a Alejo Véliz sobre la bocina.
JOAN JORDÁN: s.c.
Silbado por el respetable cuando ingresó ya casi en el alargue.
QUIQUE SÁNCHEZ FLORES: 7
Solucionó la baja de Isaac y la ausencia de uno de los dos mediapuntas que le convencen (Óliver y Suso), pues Mejbri no cuenta para el madrileño, doblando efectivos entre el doble pivote y En-Nesyri. Así, mantenía el dibujo de tres centrales y dos carrileros largos, encomendando a Lamela y Ocampos, más que la labor de generación en la parcela ancha, la de generar desequilibrio y vértigo, aunque no le salió del todo bien la jugada, ya que había desconexión por dentro y Youssef se sentía aislado en punta. Persistió en su idea, que tuvo premio en el minuto 51, después de ordenar un bloque bajo para hacer daño a la contra, como terminó ocurriendo, a un rival mucho más apurado y obligado a arriesgar. A favor del míster, la capacidad de adaptarse a lo que pedía el choque: el resultadismo no tiene nada de malo cuando los jugadores no terminan de soltarse y sacar la calidad que tienen. Dio minutos al final, con todo decidido, a gente que lo necesitaba como Hannibal, Véliz y Jordán.