At. Madrid
Sevilla
Resulta hasta difícil introducir cómo se puede hablar bien y valorar de manera óptima el planteamiento de un entrenador y el rendimiento de unos jugadores que han encajado cuatro goles, han desperdiciado una renta de 1-3 y han perdido el partido. No obstante, es objetivo poner en consideración la gran actuación de un Álvaro Ferllo que demostró por qué sigue siendo el titular después de la vuelta de Nyland, y el partidazo de Kike Salas como lateral zurdo, a pesar de ese fatídico resbalón en el 4-3 del Atlético ante el Sevilla FC, y de Juanlu, como 'todocampista'. Hasta fue el día que Isaac Romero acabó con su sequía goleadora.
Otras conclusiones son que Barco no cuenta para nada, pues en un día sin Pedrosa no sumó ni un minuto y vio cómo jugaban por delante de él un central reconvertido y Gonzalo Montiel, un lateral derecho con la cabeza fuera hace tiempo. Quizás eso fue lo único que se le puede echar en cara a García Pimienta: que decidiese acabar un partido con tanto esfuerzo derrochado con Montiel, Marcao e Iheanacho sobre el terreno de juego. Navas debería estar muy mal para no tener ni un minuto. No vio que fuera momento para Idumbo, Suso (otro sentenciado) o Pedro Ortiz.
Así jugaron, uno a uno, los jugadores del Sevilla FC ante el Atlético de Madrid:
Paró todo lo parable. Griezmann no pudo marcarle hasta el tercer intento, con larguerazo y paradón previos. También le negó el gol en dos ocasiones a Julián y su valiente salida hizo que Gallagher forzase para regatearle hasta caer antes de rematar -pidió penalti por un leve roce, pero el VAR dijo 'nones'-. Si en el primero de Griezmann pudo hacer poco, menos aún en los zapatazos angulados de Rodrigo de Paul, Samu Lino y de nuevo Griezmann. Pero antes se lució tres veces ante Sorloth (dos cabezazos y un zapatazo).
Comenzó blando en un choque con Julián que acabó con disparo al larguero de Griezmann y fue reincidente en dejar despejes cortos, pero fue ganando empaque con el paso de los minutos y sólo el cansancio después de muchos minutos defendiendo le hizo perder energía. Intimidatorio y expeditivo en los duelos, esforzado en las ayudas y bien colocado para repeler casi todo lo que le llegaba.
Muy atento a todos los balones divididos, fuerte en los duelos y aseado en la salida de pelota, le pasó como a casi todo el equipo: el partido se hizo demasiado largo. La segunda mitad fue de un asedio casi constante, especialmente los últimos minutos de lluvia incesante de peligro al área. Ahí comenzó a aparecer el cansancio y la pérdida de prestaciones. Sorloth se impuso y Griezmann lo rentó.
La baja de Pedrosa le llevó de vuelta a la defensa para reeditar la dupla de la final de la Europa League y demostraron que se siguen entendiendo bien. Si una va por arriba, el otro está atento a barrer el suelo. Partido de mucho desgaste y cuerpeo en el que el serbio dio la talla. Su lunar, que perdió la marca de Griezmann en el 2-2. Acabó adelantando su posición tras la entrada de Montiel pero casi fue un cuarto central en la defensa de seis con la que acabó el Sevilla.
Elegido de nuevo como alternativa a Pedrosa en el lateral zurdo para disgusto de Barco, siempre da la cara. Suyo fue el pase al espacio que Isaac Romero convirtió en el 1-2 y dio su segunda asistencia en el centro que Juanlu sólo tuvo que empujar en el 1-3. Se quedó un pelín descolgado en la acción del gol anulado a Julián, pero el atacante estaba ligeramente adelantado y el VAR 'salvó' al bravo canterano, quien no pudo evitar la foto del 4-3. Acabó de central tras la entrada de Montiel y resbaló dejando solo a Griezmann en el 4-3 en el 94'.
La significativa suplencia de Barco generó una carambola que movió los puestos de Kike Salas y Gudelj dándole la titularidad al capitán de Francia sub 21, necesitado de confianza tras su penalti y expulsión en Leganés o la rigurosísima pena máxima que le pitaron el jueves en Olot. Tuvo un interesante rol posicional, incrustándose entre Badé y Gudelj en función de los movimientos de arrastre de Griezmann y Julián, pero con mucha responsabilidad en la salida y el inicio de la fase de elaboración. Buen corrector, la amarilla le condicionó y acabó sustituido.
Metidísimo en el partido, con las pulsaciones a toda potencia y motivación que incluso le llevaba a apretar dientes y cerrar puños en cada buena acción. Fueron muchas. Cubrió campo como si hubiese dos hermanos gemelos con la misma camiseta, defendió como un animal y mostró su calidad con precisión en la entrega. Su asociación con Lukébakio cocinó el 1-3, tanto en el que remató con esa misma vehemencia que dejó como sello ante un club que tiene bien anotado su nombre como fichaje de futuro.
Quizás pareciese que corrió menos que Juanlu porque es bastante más frío y menos pasional, pero el suizo fue otro de los que se hartó de correr para tapar fugas a un lado y a otro. Tanto trabajo tuvo para mantener las líneas, que esta vez no se dejó ver en esas apariciones desde atrás descolgándose para entrar al remate.
García Pimienta le pide más cosas como ésta porque sabe que puede ser aún más diferencial. Sólo dos minutos después del 1-0, respondió con un golazo para el 1-1: recibió en el vértice del área tras un córner botado en corto en la izquierda, amagó al defensor y soltó un derechazo raso al palo corto de Oblak. Su principal asignatura pendiente es la intermitencia, pero cuando le da por frotar la lámpara sólo aparecen cosas mágicas. Hay que aplaudirle... y pedirle más.
De indudable calidad y habilidoso para proteger el balón, salvar la primera entrada y conectar un pase seguro a un compañero. Hasta ahí, perfecto. Ya si pedimos algo más de trascendencia, su partido se queda corto. Si lo de Lukébakio es falta de constancia, lo suyo es falta de confianza y de atrevimiento. Lo que hace lo hace bien, debe soltarse más.
Siempre aporta muchas cosas con su movilidad, pero el 0 en su casillero de goles le metía mucha presión. Por fin inauguró su cuenta: corrió para perseguir un servicio filtrado por Juanlu, se la dio larga para irse de su par y soltó un zurdazo directo a la escuadra que Oblak sólo pudo rozar. Aún estuvo a punto de cazar otro centro de Juanlu antes del descanso, pero le faltaron dos o tres números más de pie. En la segunda mitad le costó más intervenir, pero siempre guarda fuelle para desahogar corriendo al espacio.
Su planteamiento fue muy acertado, su equipo hizo un buen partido y sus apuestas (Álvaro, Kike Salas y Agoumé) salieron muy bien. No obstante, no supo muy bien qué hacer para refrescar al equipo más allá de la previsible entrada de un Saúl todavía sin ritmo. Montiel, Iheanacho y Marcao no sumaron nada. Había jugadores de ataque en el banco, pero el contexto le forzó a intentar arroparse con lo poco que tenía de abrigo. Y no lo consiguió.
Vuelta a casa para jugar un ratito en busca de ese ritmo de competición que, pese a su capacidad de pelea, es evidente que no tiene.
Otro que adelanta a Barco para jugar en la izquierda. El campeón del mundo, otro de los olvidados, arañó minutos sin mucha trascendencia.
Saltó ya en el tiempo añadido para relevar a un fundido Isaac y casi no entró en juego.
Igual que Kelechi, salió para arañar minutos. Entró por Lukébakio para defender el punto en el largo añadido (+8).