Fernando Ruiz4 min lectura"Nos estamos moviendo en el mercado tanto en las entradas como en las salidas", reconocía Víctor Orta hace tan sólo un par de días en las presentaciones oficiales de Kelechi Iheanacho y Lucien Agoumé. El director deportivo del Sevilla todavía tiene pendientes las salidas de hombres como Óscar Rodríguez y otras más dificultosas como las de Marko Dmitrovic, Marcao o Joan Jordán, pero también puede haber alguna otra que en este mercado de verano no entraba en los planes al menos a priori pero que poco a poco ha ido tomando forma, y esa es la del central francés Loïc Badé.
El futbolista del Sevilla FC jugará esta tarde (18:00 horas), la final de los Juegos Olímpicos frente a la España del también sevillista Juanlu en busca de la medalla de oro en un torneo que le ha servido de escaparate al zaguero nervionense pues ha mostrado un soberbio nivel siendo titular a las órdenes del seleccionador Thierry Henry.
Y el primero de los interesados en mover ficha ha sido la Roma. Evidentemente, en el Sevilla no se cierran a ninguna venta dada la situación económica del club hispalense y habría tasado a su futbolista en más de 20 millones de euros, aunque según apuntaba el periodista italiano Gianluca Di Marzio el conjunto 'giallorossi' intentaría meter a algún jugador para abaratar la operación, extremo este en el que el Sevilla no está dispuesto a ceder pues quiere que todo se pague en dinero.
El Sevilla espera que se sume algún pretendiente más en la puja por Badé, algo que beneficia al club nervionense, que estará muy pendiente de la final de esta tarde. Según apunta ahora el diario romano Il Messaggero, la Roma no podrá lanzarse definitivamente sobre Badé hasta que no consiga antes llegar a un acuerdo para rescindir el contrato de uno de sus centrales, el inglés Chris Smalling, al que tan sólo le queda una temporada más por delante.
Se trataría de una venta importante en el Sevilla, no de las más rentables de los últimos años pero sí a tener en cuenta pese a que el Sevilla pagó 12 millones de euros al Stade Rennais el verano pasado. Pero más allá de la inyección económica, la salida de Badé dejaría un enorme hueco en un centro de la defensa de por sí necesitado de caras nuevas.
Ni Marcao, al que se le quiere dar salida, ni Gudelj, con su futuro en el aire, ni Nianzou, han demostrado el nivel necesario para ser centrales en el sistema de García Pimienta y el mejor de ellos, Kike Salas, ha tenido que parar por lesión. Ya antes de la posible salida de Badé el Sevilla necesitaba la llegada de al menos un central de garantías pero si se acaba marchando el francés, deberían llegar al menos dos.