Ha sido un primer día intenso para Joaquín Caparrós, que vivió su puesta de largo ante los medios este Lunes Santo a las 12:30 horas y se puso en marcha desde las 19:00 horas en la Carretera de Utrera, donde dirigía su primer entrenamiento de esta cuarta etapa como técnico del Sevilla FC. Antes de que los rectores blanquirrojos hicieran la protocolaria presentación del relevo en el banquillo a los jugadores, el utrerano dedicó unos minutos en las entrañas del nuevo edificio de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios dedicado a la primera plantilla para despertar conciencias y arrancar esa fase de persuasión desde los anímico que tan bien se le ha dado siempre. El veterano preparador, a sus 69 años, derrocha pasión y espera poder contagiarla a sus nuevos pupilos para, comenzando por el duelo ante el Deportivo Alavés de este Domingo de Resurrección, ganar cuanto antes la tranquilidad definitiva en la clasificación de Primera división.
"Para mí es una gran ilusión volver al Sevilla FC. Yo soy sevillista desde pequeño y, por lo tanto, volver aquí a mi club es grande; cuando me lo pide el Sevilla, pues me falta tiempo para estar. Pero yo os he visto todos los partidos, en casa todos y luego, los de fuera, por TV. Y siempre he dicho también públicamente que el Sevilla tiene una muy buena plantilla. Tenemos que ser un equipo ofensivamente, ser verticales, tener movilidad y velocidad. Tenemos que jugar a eso, porque es la forma de explotar a los futbolistas que tenemos. Si hemos vuelto a caer en situaciones tal es por algo; entonces, debemos ser competitivos y manejarlo. Tenemos que ser un bloque fuerte que, cuando estemos defendiendo, digamos 'joder, me gusta defender, es que estoy a gusto defendiendo', que los equipos lo vean. Y eso es el concepto de ser solidario, ser solidario, ser solidario... Y el futbolista, cuanto más calidad tiene, más solidario es, porque entiende mejor el juego", comenzaba diciendo el recién aterrizado míster.
Y continuaba: "Luego, como ofensivamente sois un equipo que tiene hoy día el fútbol, porque en el futbol es oro molido tener velocidad y ustedes tienen velocidad, técnicamente es un buen equipo. Vamos a mezclar todo eso y, por ello, vamos a ser exigentes; yo voy a ser muy exigente. En los entrenamientos no podemos meter tampoco mucha carga, porque estamos como estamos y no es cuestión de que lleguemos a los partidos y... pero sí que vamos a insistir, ser exigentes; me van a ver que soy exigente en los entrenamientos, porque les voy a exigir en los partidos, aunque luego me tienen abierto a lo que quieran, porque el juego, ese juego de ahí, es de ustedes. Por mucho vídeo que pongamos nosotros, total, ¿qué hace un entrenador? ¿qué hace un cuerpo técnico con su plantilla? Predisponerla, hacerle ver que lo que se está entrenando es lo mejor y ustedes tienen que creer, tienen que creer, pero no de boca".
Para finalizar, Caparrós pedía compromiso a los suyos: "En el fútbol, antes de salir, hay que ser ya todo el mundo fuerte, creer... 'Vamos a ganar'. Detrás de eso hay mucho, detrás de ese grito hay muchas cosas, y eso hay que transmitirlo luego en el campo. Si yo estoy cabreado porque no me ha sacado el entrenador, se tiene que cabrear con el balón; no con el entrenador ni con el compañero, con el balón. Quiero demostrarle a ése, al entrenador ése gilipollas que no me pone, que yo tengo que estar ahí. Al día siguiente, yo lo tengo que poner. Y la suma de todas esas actitudes, que hacen que seamos un equipo, es todo. Hasta el mínimo detalle, hasta la hora de que te llegue el masajista y te da el agua, hasta bebiendo el agua uno está compitiendo, tiene que estar compitiendo; yo no bebo agua por beber, yo bebo agua viendo el partido, por si tal le tiro la botella y me pongo a jugar; y si tengo que hacer siete faltas allí, mejor que aquí. El domingo tenemos un partido precioso, por eso no tenemos que apretar, tenemos que estar pensando ya en el partido. No vamos a volvernos locos, porque no tenemos tiempo; disfrutar hay que disfrutar, tenéis una profesión que es un lujazo, hostia".