Álvaro Palomo3 min lecturaCasi en todas las situaciones caben diferentes interpretaciones y, sobre todo, diversas maneras de afrontarlas, lo que, a la postre, suele ser lo más importante para que afecte más o menos y marque el futuro de la forma que se prefiera. En el fútbol se producen estas tesituras muy a menudo y en el Sevilla ocurre, por ejemplo, a día de hoy, con Kike Salas.
El canterano se convirtió la campaña pasada en un fijo para Quique Sánchez Flores en una defensa de cinco, pero este curso, aunque arrancó como titular, ha perdido protagonismo con García Pimienta, como refleja que ha sido de la partida en solo dos partidos. Un escenario que se ha complicado en las últimas semanas al apostar el técnico por Nianzou por delante del sevillano, disputando solo 12 minutos en los tres últimos partidos después de haber dado un paso al frente con su titularidad ante el Alavés.
No obstante, el técnico catalán recurrió a él en el derbi en la recta final para apuntalar el carril zurdo en lugar de Pedrosa, posición en la que se ha desempeñado en muchas ocasiones y cumplió con creces para sostener el triunfo nervionense ante el Betis.
Este cambio en el derbi se interpreta en el entorno del futbolista como una muestra más de que el míster sevillista cuenta como uno más con Salas dentro de un contexto en el que varios futbolistas del Sevilla han pasado de tener poco protagonismo a tener mucho, como Peque, Ejuke, o el propio Nianzou, que han ido de menos a más, o Marcao.
En este sentido, su círculo destaca a ESTADIO que Kike Salas está muy tranquilo y que siente que el míster confía en él y lo considera como una pieza más del plantel, listo para recurrir a él cuando sea necesario. Así, se descarta por completo que el canterano, más allá del lógico deseo de disfrutar de más minutos, esté preocupado, al contrario, pues confía en sus posibilidades y capacidad para seguir creciendo.
Por ello, las fuentes consultadas por esta redacción descartan por completo que se baraje una vía de salida en enero en el caso de que no mejorase su estatus en las próximas semanas, pues el futbolista está feliz en Nervión, la que considera su casa, y cree que en ningún otro sitio va a estar mejor. Por ende, la puerta de Nervión está completamente cerrada para Kike Salas, centrado en trabajar y ayudar al equipo lo máximo posible, como ha hecho siempre.