El 'culebrón Gattoni' está enfilando ya su final, aunque sus 'creadores' insisten en alargar una trama que, en condiciones normales, habría terminado el pasado 31 de enero. Sin embargo, la realidad queda un poco solapada entre versiones oficiales, filtraciones y verdades a medias, fruto habitual de los muchos intereses encontrados. Y, en el ojo del huracán, el principal protagonista, con la sartén más o menos sujeta por el mango, aunque con sentimientos encontrados: ganar más dinero a sus 23 años con el ansiado salto a Europa o dejar réditos en las arcas del club de sus amores, San Lorenzo de Almagro, que no lo está tratando precisamente bien en este epílogo.
El 'Ciclón de Boedo' desliza en los últimos días algo irrefutable, que el Sevilla FC se quedó corto al ofertar 1,2 millones de dólares por el pase del central, que termina contrato en menos de cinco meses. Lo hizo por esta razón, claro, pero también asfixiado por el LCPD de LaLiga y la necesidad de repartir una partida exigua entre otros fichajes y esta indudable oportunidad de mercado. Ahora, con la ventana invernal ya cerrada, la entidad azulgrana admite, según cuenta el cotizado periodista César Luis Merlo, una subida nervionense de la puja hasta los 1,5 exigidos desde el principio, con el premio extra de un préstamo hasta final de curso, propuesta que volvería a ser rechazada entre ultimátums al futbolista para que renueve o se instale cómodamente hasta verano (invierno allí) en la grada del Estadio Pedro Bidegain (el Nuevo Gasómetro, en román paladino).
Si creemos a pie juntillas la versión del Sevilla, no tendría demasiado sentido pagar más ahora por un jugador que no se va a poder utilizar ya hasta la temporada que viene, cuando podrá venir gratis. Máxime cuando la argumentación de que no ha obtenido a tiempo la nacionalidad italiana, lo que imposibilitaba su desembarco en enero al estar los tres cupos blanquirrojos cubiertos con Marcao, Montiel y Acuña, ha sido matizado desde el entorno de Federico Gattoni, donde explican que, como ocurrió, por ejemplo, con Guido Rodríguez en su día la república transalpina emite un visado perfectamente válido en, al menos, cuatro de las cinco grandes Ligas (sólo Inglaterra suele poner problemas) para inscribir a un profesional que ha superado los exámenes para la ciudadanía y sólo está a la espera de que le llamen para jurar la Constitución, como todo hijo de vecino. Un mero trámite durante un proceso ya irreversible en ese punto.
En estos casos, lo normal es que el Sevilla esquivara a la competencia por el central cerrando un precontrato con él, totalmente legal desde el pasado 1 de enero, abonándole una prima de fichaje incluso menor de lo pretendido por San Lorenzo, que incluye en su filtración, en realidad, una contraoferta propia al Sevilla: que pague más por el pase y que lo deje allí cedido hasta el 30 de junio de 2023. Si los nervionenses acceden será únicamente para quedar bien con el chico, que pretende salir por la puerta principal y no la trasera de 'Los Cuervos', dejando réditos al club de su vida. También, si puede ser, desea seguir jugando de aquí al final de su contrato. Como punto intermedio, aceptaría renovar con la mencionada cláusula de escape hacia el Viejo Continente (1,5 millones de dólares), renunciando por tanto a embolsarse él la cantidad, aunque, en estos momentos, la cuestión no se desbloquea por el empecinamiento de los dirigentes azulgranas, que buscan un final feliz también políticamente par sus intereses.