Todo está tan mal en el Sevilla FC que hasta a las contadas alegrías se le ponen peros. Lo refleja el malestar con el que una gran mayoría de aficionados abandonaban el Sánchez-Pizjuán el pasado domingo después de sufrir para conservar un 1-0 ante un Rayo Vallecano que jugó 50 minutos con un hombre menos. El mal juego del equipo, la sequía de los delanteros, los numerosos errores defensivos, el deficiente aporte de los fichajes estivales, la interminable plaga de lesiones, la grave crisis económica, la pelea institucional, la fractura social entre directiva y peñas... Ante una espiral de negatividad con una influencia tan poderosa en el estado de ánimo del sevillismo, sin duda es justo poner el valor los números que comienza a atesorar Xavier García Pimienta. El entrenador es lo más positivo -lo menos malo, dirán los más pesimistas- de estos cuatro primeros meses de la temporada. El inicio fue muy malo, pero los números le avalan. Son números insípidos desprovistos de cualquier sensación de fiabilidad sobre el césped; pero ahí están.
La decimosegunda posición en la clasificación de LaLiga tras 14 jornadas -con 18 puntos, 13 goles a favor y 18 en contra- no es para tirar cohetes; pero sin duda cabe resaltar con siete puntos más de los que había sumado el Sevilla FC a esta misma altura de la temporada 22/23, con Julen Lopetegui y Jorge Sampaoli, y seis más de los que llevaba en estas fechas de la pasada 23/24, con José Luis Mendilibar y Diego Alonso, que a inicios de diciembre era suplido por Quique Sánchez Flores. Además, también es menester precisar que García Pimienta ha mejorado bastante las prestaciones de sus antecesores en el cargo con una plantilla claramente inferior en calidad a la que había en las dos temporadas previas.
Decía García Pimienta tras ganar al Rayo Vallecano que ese sufrimiento, posiblemente innecesario, iba a ser muy útil para que el Sevilla FC cogiese confianza y creciese como bloque. También sirve para dar un pasito más hacia la no menos necesaria labor de volver a recuperar la solidez como local. Con estos tres puntos frente a los madrileños, el equipo nervionense ha sumado 12 de los últimos 15 puntos en juego en el Sánchez-Pizjuán, con la derrota ante la Real Sociedad (0-2) de hace dos semanas como único traspié en una secuencia con triunfos frente a Getafe CF (1-0), Real Valladolid (2-1), Real Betis (1-0). Todas por la mínima, sí, pero amarrando puntos valiosísimos; más aún cuando muestra una versión tan mala como visitante: seis puntos de 21 y un único triunfo (0-2 al RCD Espanyol). Ahora, antes de final de año, vienen otras dos citas ante CA Osasuna y RC Celta, y en 2025 también arranca en la Bombonera frente al Valencia CF. La tranquilidad pasa por Eduardo Dato.
"Cabe resaltar que el 75 por ciento de esos cuatro triunfos en casa fueron sin encajar gol, lo que demuestra el crecimiento defensivo del equipo con respecto al comienzo de la temporada. Aunque todos en el vestuario son conscientes de que hay que seguir ajustando piezas, el equipo está adquiriendo una base que le permite un desahogo clasificatorio mucho mayor que el de las dos temporadas precedentes. Tanto es así que, volviendo a las victorias en casa, tanto en la 2022/23 como en la 2023/24, el póker de triunfos ligueros como local se hizo mucho más de rogar. En concreto, la pasada temporada se dio en la jornada 27ª, el 2 de marzo. Un año antes, aunque la referencia temporal no sea válida por el parón del Mundial, el equipo no consiguió su primer triunfo en casa hasta la jornada 16, aunque enlazó cuatro seguidas para llegar a esa marca en la 21", añade en este sentido un reportaje publicado por los medios del Sevilla FC.