El Mundial se ha terminado para Thomas Delaney cuando apenas acaba de empezar para el resto. Las pruebas realizadas para determinar el alcance de su lesión en la rodilla izquierda, de manera más exhaustiva este miércoles por la mañana, una vez hubo bajado la inflamación y el dolor de la víspera, no han arrojado buenas noticias, sino más bien todo lo contrario. Se confirman los malos presagios, aunque no los peores con el ex del Borussia Dortmund, ya que no están afectados los principales ligamentos de la citada articulación, el cruzado y el lateral externo, por lo que la fea entrada del extremo tunecino Youssef Msakni sólo ha provocado un esguince. Un mes de baja, un periodo razonable, aunque excesivo para quienes participan en Qatar 2022.
De hecho, la Federación Danesa de Fútbol (DFU) ha decidido enviar a casa a uno de los dos representantes sevillistas en la cita para que la rehabilitación se realice bajo el seguimiento de los médicos del Sevilla FC. La segunda aventura de Delaney en un evento de tamaña magnitud ha durado muy poco, sin posibilidad encima de que su seleccionador le releve, ya que el periodo oficial concluye 24 horas antes del primer partido de la Fase de Grupos (en concreto, el 21-N). Ahora, el centrocampista tendrá seguramente un permiso extra para marcharse a su país, similar a las vacaciones de las que han gozado sus compañeros no mundialistas, pero todavía no se ha decidido si previo paso o no por la capital hispalense.
En cualquier caso, el 2022 ya es historia, salvo giro mayúsculo de los acontecimientos, para el de Frederiksberg, que tuvo que retirarse en el tiempo añadido del primer tiempo del Dinamarca-Túnez, correspondiente al Grupo D y disputado en la tarde de este martes en el Education City Stadium de Rayán. Por plazos, tendría que forzar mucho para estar en la segunda eliminatoria de la Copa del Rey ante el Juventud Torremolinos (el 21-D) o la visita liguera a Balaídos del 30-D para jugar ante el Celta, aunque es bastante probable que, incluso en plenas condiciones, tampoco participara en el duelo que abrochará el año, puesto que cuenta poco o nada con Sampaoli. Sin embargo, la pésima noticia para Delaney lo es también un poco o un mucho para el Sevilla FC.
Porque Monchi lleva semanas afanándose en obtener la mejor tajada posible de su traspaso al Copenhague, club en el que se formó el mediocentro y al que desea volver a sus 31 años para, seguramente, acabar allí su carrera. Además, la Lazio se habría sumado a la nómina de interesados, con la jugosa carta de Luis Alberto con la que jugar, pero el hecho de que esté lesionado y no pueda competir en igualdad de condiciones probablemente hasta bien entrado el mes de enero al tratarse de una dolencia de rodilla podría hacer que sus postores se retiraran de la puja o que, en el mejor de los casos, usaran la actual tesitura para abaratar su precio, en contra de los intereses nervionenses de ahorrarse su alta ficha y recuperar parte de los seis millones abonados por su pase hace dos veranos.