Bajan revueltas las aguas por Nervión, donde la derrota de este pasado martes en Champions, frente al Arsenal (2-0), mantiene al Sevilla FC en una complicada situación tanto en Liga de Campeones como en LaLiga. El cambio en el banquillo, llegando Diego Alonso para suplir a Mendilibar, no ha causado efecto, sumando tan sólo un triunfo en seis partidos en el banquillo sevillista y con un juego en el que apenas se ha evidenciado mejoría o cambio con respecto al anterior entrenador.
El balance sevillista es muy pobre -tres victorias en 16 encuentros oficiales- y la presente temporada se asemeja cada vez más a la pasada, en la que tan sólo la consecución de la Europa League consiguió maquillar el curso, metiendo bajo la alfombra una temporada muy cuestionable en muchos aspectos.
En este contexto, y con el Gran Derbi a la vuelta de la esquina, a la afición sevillista no se le escapa que el descalabro puede ser mayúsculo, de ahí que desde Biris Norte hayan emitido un comunicado tildado de “bochorno” la actuación frente al Arsenal FC, al tiempo que advierten de que no que permitirán “que se falte el respeto a la historia, el escudo y a la camiseta”.
“El domingo sólo vale ganar”, apostillan, apuntando a un derbi que también tiene entre ceja y ceja el propio Diego Alonso, quien sabe que puede ser la puntilla a su futuro en el banquillo sevillista o, por lo contrario, su punto de inflexión: "El domingo tenemos una gran oportunidad para revertir la situación en el derbi. De redimirnos. De torcer la balanza a nuestro favor. Antes nuestra gente, en nuestra casa. Es el partido que estábamos esperando y es el partido que nos puede ayudar a dar el salto".
Situado en una pobre decimoquinta posición de la tabla en LaLiga y último en el grupo B de la Champions, lo que ahora mismo no le daría derecho a caer rebotado en la Europa League, la situación clasificatoria de los de Nervión pone aún más de manifiesto el peligro que esconde su presupuesto para la 23/24, el cual se dará a conocer en la junta de accionistas del próximo 4 de diciembre, en la que nuevamente se presentarán pérdidas; unos 20 millones de euros, en concreto.
Como era de esperar, un equipo como el Sevilla FC, que en los últimos años se ha acostumbrado a participar en Liga de Campeones de manera consecutiva, tiene presupuestado para el presente curso acabar cuarto en LaLiga y clasificarse para los octavos de final de la Champions, unos objetivos que hoy por hoy se antojan lejanos y que, para los más agoreros, incluso resultarían ya imposibles.
El problema, lógicamente, llegaría a la hora de no alcanzarse lo presupuestado, lo que provocaría un déficit en sus cuentas de unos 70 millones de euros que pondría a la entidad en una situación económica aún más comprometida que la actual. Obligado a hacer ventas importantes y rebajar la masa salarial de su plantilla, quitándose sueldos altos, ni volver a ganar la Europa League o vender a futbolistas como En-Nesyri -posiblemente el que más mercado y caché tenga dentro de la plantilla sevillista- serían suficiente para acabar de enjugar esos 70 kilos de déficit en lo presupuestado, a los que además habría que sumarle lo que el club viene arrastrando.
Un problema mayúsculo para la cúpula sevillista, que está obligada a que lo deportivo acabe de engranar para salvar sus cuentas. Pese la nefasta situación por la que atraviesa el Sevilla FC, los de Nervión siguen dependiendo de sí mismos en Champions. La derrota ante el Arsenal y el no haber ganando ningún partido en cuatro jornadas, los de Diego Alonso aún pueden pasar a la siguiente ronda. Si gana sus dos partidos, no tendrá que esperar favores de nadie.