Su agente, Giuseppe Riso, tiene claro que "la sustancia que tomó no constituye dopaje", aunque también que "su error es que debería haber comunicado su consumo con antelación" a los servicios médicos del Sevilla FC, "pero sancionarlo durante dos años es realmente exagerado". El intermediario italiano considera "absurdo que 'Papu' termine así su carrera", por lo que anuncia guerra contra la Agencia Antidopaje: "Vamos a apelar". Sea como fuere, desde este viernes, el ex mediapunta nervionense se encuentra inhabilitado, lo que, a sus 35 años, prácticamente significa su retirada, porque no es lógico que retorne a la actividad con 37 y tan larga inactividad. De momento, mientras comprueba si tiene éxito su recurso, Alejandro Gómez se ejercita por su cuenta y cruza los dedos. No sin antes declarar a los cuatro vientos no ya su inocencia, sino su nula intención de beneficiarse de un producto prohibido.
El bonaerense emitía este domingo un comunicado a través de sus redes sociales en el que confirmaba lo publicado dos días antes por los compañeros de 'Relevo', desde los dos años de suspensión de su licencia al momento en que se produjo el incidente, en noviembre de 2022, durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, tras ingerir de manera errónea y sin intención una cucharada del jarabe para la tos que estaba tomando su hijo pequeño, Milo, quien había contagiado lógicamente al resto de su núcleo familiar. No informó a los doctores del club ni posteriormente, al parecer, a los de la selección albiceleste de este hecho (la lógica invita a pensar en que, al no ser un titular indiscutible para Scaloni, se habría quedado fuera para no arriesgar, pues un segundo positivo por dopaje supondría la eliminación del título en Qatar 2022, según algunas fuentes), por lo que ahora se enfrenta a esta dura sanción.
Para evitar cualquier malentendido con el citado comunicado, el 'Papu' decidió hablar directamente a cámara tras ejercitarse en solitario en la tarde de este domingo, colgando los vídeos en tres 'stories' de Instagram que pueden interpretarse como una petición postrera de clemencia, ya que el ex de Atalanta y Catania se teme lo peor. "Estoy triste y arrepentido por este accidente doméstico, pero después tuve varios controles antidoping con el Sevilla y la selección en los que nunca pasó nada. Siempre traté de ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha; creo que en mis 18 años de carrera pude cumplirlo. No me quiero retirar de esta manera y terminar así, porque creo que no me lo merezco. Lo que más deseo es entrenarme con el Monza y volver a jugar con ellos. Seguiré dándole batalla y trabajando solo. Ojalá que mis abogados y mis allegados puedan solucionar todo el tema", dice el veterano atacante.