El pequeño accionariado del Sevilla FC y, por supuesto, los actuales dirigentes recelan de '777 Partners', que posee un 8% aproximadamente de los títulos del Sevilla FC y está decidido a devolver al sillón presidencial a José María del Nido Benavente. Las acusaciones cruzadas en torno a quién trajo a 'Los Americanos' o quién tiene acuerdos privados con ellos para venderles un paquete mayor han derivado en desmentidos y matizaciones sobre el rol que tomaría el citado fondo de inversor en caso de una ampliación de capital que el veterano abogado hispalense considera crucial. Mientras tanto, los clubes que controlan mayoritariamente en el extranjero no arrojan buenas noticias, tanto en el plano monetario como en el de gestión deportiva. Una versión moderna de aquel famoso refrán español que dice 'cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar'.
Y es que la sociedad confudada por Steven Pasko y Josh Wander en Florida, con sedes en Londres y Nueva York, devolvió a la elite al Génova (que se mantendrá este curso en la Serie A) y el Vasco da Gama, ha logrado que el Red Star promocione a la Ligue 2 francesa, al tiempo que el Melbourne Victory austrialiano y el Standard de Lieja belga han cosechado resultados más modestos en las máximas categorías de su país. El Hertha de Berlín descendió a la Bundesliga.2 y no tiene ya opciones de volver. Pero el lío está formado tanta Brasil como en Inglaterra. Las instalaciones del Club de Regatas da Virada amanecieron esta semana con pintadas pidiendo la marcha de '777 Partners', que destituyó vía Twitter al técnico del primer equipo albinegro, Ramón Díaz, por el mal inicio, materializado en puestos de descenso, para luego quedarse en el limbo al desmentir el argentino un acuerdo para la rescisión.
Más espinoso parece el asunto del Everton. Porque, tras haber inyectado teóricamente 200 millones de libras desde que hace siete meses compraran al empresario anglo-iraní Farhad Moshiri más del 94% de las acciones azulinas, ahora tienen problemas de pago, que complican el reconocimiento de su solvencia por parte de la Premier League, que no los califica aún de dueños de la entidad de Liverpool. Incluso, se habla de que en abril no llegó el abono mensual de 15 millones para afrontar diferentes pagos, entre ellos las nóminas de los trabajadores, por lo que hay dudas acerca de si podrán hacerse cargo de los importes generados por la construcción del nuevo estadio en Vauxhall que relevará al vetusto Goodison Park. Hasta otra empresa del grupo, la aerolínea australiana Bonza, ha entrado en causa de liquidación tras serles embargados sus aviones. El anterior propietario de los 'Toffees' está consultado 'sotto voce' otras ofertas por la institución, que consulta a otros fondos para reestructurar su deuda.