Salvo sorpresa, los tres únicos jugadores que pueden salir todavía del Sevilla FC son Loïc Badé, Lucas Ocampos y Gonzalo Montiel, en orden decreciente de importancia dentro de los esquemas de un García Pimienta que daba por hecho a mediodía del viernes que se quedarían todos, aunque a sabiendas, como luego recalcó Víctor Orta, que con el mercado abierto cualquier cosa podía pasar. Se trata de casos distintos. El más peligroso es el del extremo, salvo que el West Ham de Julen Lopetegui acelere las gestiones para firmarlo antes de que abroche este 30 de agosto. Y es que el de Quilmes ha alcanzado un acuerdo económico con los Rayados, que le duplican el sueldo (más de cinco millones de dólares netos y un contrato hasta 2027). En Monterrey no han cerrado aún el pacto con los nervionenses, aunque no tienen prisa, pues en México se permite contratar hasta el 14 de septiembre.
Cuando la competencia europea se acabe, el club de Nuevo León entiende que, a partir de 5-6 millones de euros, convencerá a los blanquirrojos, que, eso sí, como le ocurriera justo hace un año a su eterno rival con Luiz Felipe, no podrían cubrir una baja tan relevante en su plantel salvo que acudan a la nómina de futbolistas en paro o esperen, con fondos eso sí, a la ventana de enero. En cuanto al lateral, ha desechado la opción de volver al continente americano (Flamengo y River Plate pujaban con fuerza), por lo que, si desea seguir en Europa, solamente tiene hasta medianoche, salvo en Francia e Italia, que abrochan este sábado 31. Dejó pasar la propuesta del PSV esperando que Bolonia, Nottingham Forest y Everton presentasen una oferta suficiente para el Sevilla FC, lo que no era así al cierre de esta edición. El último en sumarse a la lista de pretendientes es el Nápoles, por lo que, si cede en su prioridad de volver a la Premier League, puede haber una entente postrera que satisfaga a todos.
Igualmente, si Montiel forzará para salir donde sea casi con toda probabilidad, Badé ha de decidir entre quedarse o marcharse a la Roma, que subirá esta tarde el montante para persuadir tanto al zaguero como a sus homólogos de Eduardo Dato, que no se contentan con los 20 millones de euros que tenían esta mañana sobre la mesa y quieren 25, cantidad a la que los 'giallorossi' llegarían mediante un préstamo remunerado con obligación de compra que desde Francia anuncian que ha sido desestimado por Orta, satisfecho con la plantilla reunida tras la inscripción y presentación de Valentín Barco, así como convencido de que será muy complicado encontrar un central de garantías para cubrir la marcha del ex del Rennes en tan poco tiempo. Pero todo sigue abierto unas horas más.