La tensión que vive ahora el Sevilla FC, que quedó plasmada en el recibimiento que tuvo el equipo hispalense este pasado sábado en el aeropuerto de San Pablo, no sólo es por los resultados, sino por una ausencia de medidas que, con más de la mitad del mercado de fichajes avanzado, se echan mucho en falta.
Las miradas están puestas en el campo, especialmente en los jugadores, y también en el banquillo que ocupa Joge Sampaoli, pero cada vez piden más rapidez y contundencia a un Monchi que en este tiempo sólo ha podido cerrar las salidas de Isco, Dolberg y Carmona y el fichaje de Loïc Badé.
La rapidez con la que otros clubes han cubierto sus carencias tampoco ayuda y añade presión al trabajo del León de San Fernando, que aún mantiene la confianza de muchos, entre ellos el propio Sampaoli, quien no le presiona ni en público -como demostró el viernes en la rueda de prensa- ni en privado. La presión se la han puesto los mismos resultados.
El Sevilla se marcó cuatro o cinco objetivos en este mercado invernal. Son de sobra conocidos porque el propio Sampaoli, que es transparente en todo lo que se le pregunta, los enumeró en rueda de prensa. Falta una central -Loïc Badé-, otro central zurdo que pudiera jugar de lateral por la lesión de Alex Telles, un centrocampista, un hombre de banda y un delantero. Éste último estaba en parte condicionado a la salida de En-Nesyri que el propio jugador marroquí frustró.
El problema, desde que en 2019 se le enquistara la operación salida y tuviera que malvender o ceder a última hora a los Ben Yedder, Kjaer, Arana..., es que Monchi, al tiempo que avanza los fichajes, trata de cerrar primero las salidas, al menos las más problemáticas. Y en este mercado, aparte de la de En-Nesyri, la principal era la de Januzaj.
Con Isco y Dolberg fuera, un acuerdo definitivo con el Valencia, que podría estar cercano, le dejaría las manos libres y sabría con qué puede contar para que la maquinaria de fichajes se active en las dos últimas semanas de mercado. Los nombres caerán uno detrás de otro, como ya hicieron en 2021 y en el tramo final de mercado del pasado verano. El director deportivo del Sevilla tiene las manos libres para empezar a actuar. Falta le hace porque el nerviosismo ya es patente y porque luego, esos que lleguen tienen que adaptarse a lo que Sampaoli quiere. Y eso, como se puede ver con Badé, requiere tiempo.