Opinión

El método reduccionista no funciona con Mendilibar, tampoco en el Valencia ni en el Espanyol

La paciencia brilla por su ausencia en los despachos de los equipos de Primera División. En las últimas jornadas, hasta cuatro técnicos han sido destituidos y sus sucesores no han conseguido mejorar nada de lo anterior

Alberto GálvezAlberto Gálvez
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El método reduccionista no funciona con Mendilibar, tampoco en el Valencia ni en el Espanyol
Mendilibar, en su último partido disputado en el Pizjuán contra el Celta. - Twitter / Sevilla FC

El método reduccionista puro y duro. Ese es el que se aplica cada vez con más frecuencia en las oficinas de los distintos clubes de LaLiga. Raro es ver ya a un director deportivo o un presidente dimitir por una mala planificación. No recuerdo cuando fue el último que tuvo el valor de pedir disculpas y reconocer los errores en el diseño de una nueva temporada. Lo fácil es darle la 'patada' al entrenador de turno y traer a otro nuevo para intentar tapar con colonia, y si es barata mejor, el tufo iniciado en los despachos.

Si el equipo no arranca como se esperaba o si sufre una crisis de resultados durante el curso, fuera el entrenador. ¿Para qué se van a analizar cada uno de los elementos que integran el componente? Claro, que esto requiere más tiempo y quizás más dinero. Se opta siempre por coger por un lado al técnico y por el otro al grupo. Y como siempre valdrá más echar a 30 que a 1, se optará por el camino más corto y barato. ¿Para qué vamos a valorar lo difícil que es gestionar a un grupo de 30 personas (sin contar al cuerpo técnico), cada uno de su padre y de su madre, y con los egos por las nubes por estar en la elite? Lo sencillo es tirar del refranero popular y apostar por el "a entrenador nuevo, victoria segura" o lo que está más de moda ahora: el "efecto Mendilibar", el "efecto Luis García" o el "efecto Baraja".

Ese efecto que tan bien huele al principio se evapora rápido. Y en solo dos jornadas estás sudando y oliendo incluso peor. Y esto sin ir más lejos es lo que ha pasado en el Sevilla, el Valencia y el Espanyol. Por suerte para los sevillistas, ellos son los mejores posicionados en la lucha por la permanencia a falta de diez jornadas. En el caso del Valencia, el pobre mío de Gattuso no sabía ni lo que era San Mamés cuando llegó a España (lo dijo él) y todos se frotaron las manos con la llegada de un Baraja que ganó su primer partido por un gol en propia meta del rival. Esta jornada, otra vez ha entrado en descenso tras perder en Almería.

Y para colmo, el Espanyol lo ha bordado hace una semana. Se ha permitido el lujo de echar a todo un estudioso del fútbol como es Diego Martínez - discípulo entre otros de un tal Unai Emery - para traer a Luis García porque metía goles en su época como jugador y conoce bien la casa. Permítanme si pongo en cuestión dicha decisión, pero apostar por un entrenador que empezó su carrera como tal en 2019 me parece como poco algo osado. Y si digo que es una falta de respeto hacia el propio Diego Martínez tampoco creo que me quede corto, sobre todo, porque no cumplieron con la mayoría de las promesas que le hicieron cuando firmó su contrato.

Ojo y no estoy diciendo con esto que ninguno de los recién aterrizados sean malos entrenadores, pero el trabajo de un técnico no se debe poner en tela de juicio por llevar 4 o 5 derrotas seguidas ni por comenzar ganando el día de su estreno. Eso es colonia barata. Lo que necesita todo técnico con su plantilla, y viceversa, es trabajo y tiempo. Nadie nota ningún efecto con tres entrenamientos ni con dos semanas. Quizás en un par de meses, lo que dura una pretemporada, se puedan observar ciertos cambios. El resto, es 'ojana' pura vendida y orquestada por los que mandan.

Y pensaréis que defiendo a todo el colectivo de entrenadores porque es mi otro gremio profesional. Pero no. Ronaldo sí ha acertado echando a Pacheta en el Valladolid. Quizás fue un calentón el que le dio al brasileño tras la derrota en el Bernabéu, pero este se lo provocó el ya extécnico albivioleta con sus declaraciones en la rueda de prensa post partido. Después de perder 6-0 y con tu equipo asomándose al descenso lo menos oportuno es hablar de valentía y de que tu estilo está por encima de todo. En este caso, compañero, tuviste tú que pedir disculpas y agachar la cabeza. Ahora, espero que el 'Fenómeno' tenga paciencia con un tal Pezzolano, quien ha comenzado en su estreno con un empate ante el Mallorca (3-3). ¿Bueno o malo? Juzguen ustedes.