Se suele decir que el fútbol no tiene memoria y eso es algo que los profesionales aceptan como un gaje del oficio. Lo que ocurre es que a veces esa amnesia temporal provocada generalmente por el exceso de pasión acaba teniendo consecuencias a la larga, generalmente cuando al hincha indignado se le pasa el calentón. En el Sevilla FC se está viendo en las últimas horas con las noticias que apuntan a que Monchi, fruto del desgaste de "la temporada más díficil" de su carrera, ya ha decidido marcharse (el club no se lo va a poner fácil). La 22/23 pintaba a tragedia, pero ha acabado con otro baño de plata y gloria. Ahora, la marcha del director deportivo sería oportuna para él pero un drama para la familia nervionense. Sin embargo, se trata de la misma persona que tras el 0-1 ante el Rayo que dejaba al equipo en descenso se paraba para dar la cara ante unos jóvenes aficionados y lo que recibía a cambio eran golpes en la chapa de su coche y deleznables insultos como 'perro' o 'sinvergüenza'.
Algo muy similar podría pasar con Marcos Acuña, otro que ha pasado en unos meses de villano a héroe en el Sevilla FC y que ya insinuó que el enfado se lo guardaba para sí mismo para analizarlo este verano, ya que reconoció que no se había sentido protegido ni respaldado por la entidad cuando se dudó (con aparentes motivos) de su compromiso en las semanas previas al Mundial que conquistó con Argentina, mientras él, como reveló luego su pareja, lo estaba pasando muy mal por una inoportuna pubalgia.
Otro refrán útil en ese contexto puede ser el de 'Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde'. Monchi se ha ganado el derecho a decidir y nunca en su vida le han gritado tanto que dimita como en esta 22/23, algo que asumió admitiendo errores. Los suyos, que eran muchos, pero también los de otras personas que prefirieron callar y hacer como que toda la culpa era del León. Ahora, si se va, tendrá que abrir el paraguas porque le van a llover las críticas por la supuesta inoportunidad del momento elegido; pero habría que recordar que se iría dejando al equipo con otro título y en Champions y, también, que muchos de los que le recriminarían que deje tirado al equipo son los mismos que hace poco le insultaban o le decían con sorna aquello de cantar el himno.
En las últimas horas, el 'Huevo' está sonando con fuerza como objetivo del Atlético de Madrid para la próxima temporada como petición expresa de su compatriota Diego Pablo Simeone, que podría perder a Yannick Ferreira-Carrasco, que tiene un preacuerdo con el FC Barcelona; que tiene lesionado al polivalente Reinildo Mandava; a lo que se suman el hecho de que no cuenta con Renan Lodi, cedido este pasado curso en el Nottingham Forest, y la marcha del prestado Sergio Reguilón, que vuelve al Tottenham tras su pobre rendimiento como rojiblanco, con casi más lesiones que partidos.
El precio de partida del de Zapala, de 31 años, rondaría los 10 millones de euros, un coste asequible para los colchoneros y casi lo invertido por el Sevilla FC en 2020 (pagó 12 al Sporting CP). De hecho, ya se habló de una posible salida-castigo en enero por ese montante, pero claro, se proclamó campeón del mundo, volvió enchufadísimo y ahora la película ha cambiado radicalmente por la evidente merma deportiva de la plantilla que supondría su adiós. Encima, para reforzar a un rival directo en la zona Champions.
Acuña, como el resto de sus compañeros, no empezó nada bien la temporada. Se picó con un aficionado en la ciudad deportiva durante un partido del filial, ha sido expulsado cuatro veces en la 22/23 y ha tenido serios problemas para controlar su fuerte temperamento; pero, a 8 de junio, ya en frío y con la temporada terminada, nadie puede negar que el campeón del mundo ha sido, de largo, uno de los mejores futbolistas del Sevilla FC y uno de los máximos artífices de la remontada espectacular protagonizada desde la llegada de José Luis Mendilibar.
Goles, asistencias, competitividad, un ida y vuelta constante... El Atlético, según la noticia desvelada por Goal, tiene tantos motivos para querer ficharle como el sevillismo de temer una marcha de un jugador así en un puesto en el que además se quedará sin el cedido Alex Telles y sólo quedarían el cedido Ludwig Augustinsson y la cantera... al menos mientras no anuncien a Adrià Pedrosa.
Precisamente, el nombre de Marcos Acuña era uno de los que nombraba el vicepresidente del Sevilla FC, José María del Nido Carrasco, en una entrevista en la Cadena Cope de la que, poco a poco, se van entendiendo más cosas entre líneas a medida que pasan las horas y los días. Negó que Monchi estuviese dudando y resaltó que "tiene contrato indefinido" y que "el club quiere que siga liderando la planificación durante los próximos 750 años".
Parecía una defensa a su director depotivo contra los rumores externos, pero pinta a mensajito con declaración de intenciones y cazo extendido (tiene una cláusula de cinco millones de euros) si su idea es reencontrarse con Unai Emery en el Aston Villa. En la misma charla, Del Nido Júnior aseguraba que "habría seis, siete u ocho fichajes y otras tantas salidas", pero mandaba otro aviso a navegantes asegurando que Bono, En-Nesyri, Acuña, Ocampos o Badé (¡?!) sólo se venden "si llegan ofertas fuera de mercado". El verano ha empezado con curvas. Agárrense que vienen más.