El último Dorsal de Leyenda del Sevilla, el exmeta Juan Carlos Unzué, presenció in situ la remontada del equipo nervionense ante el Espanyol y estará también mañana defendiendo el otro gran club de su carrera, Osasuna, en la final de la Copa del Rey.
El mítico portero navarro aprovechó su presencia en la capital hispalense para presentar "Unzué, el último equipo de Juancar", que se estrena en cines de toda España con un fin benéfico. Una película que se proyecta hoy en un pase especial en el CC Nervión Plaza.
En ella, Xavi Torres, Santi Padró y Jesús Muñoz han querido retratar del día a día actual de Juan Carlos Unzué, quien desde hace tres años lidia con el ELA -esclerosis lateral amiotrófica-, una enfermedad que afecta al sistema nervioso, desconocida para muchos y a la que el ex del Sevilla intenta dar visibilidad para ayudar en la lucha contra la misma. "Hoy vamos a estrenar la película en más de 50 cines, que nadie se crea que va a ir al cine a llorar, vais a ver un proyecto vitalista como ninguno. Saldréis del cine queriendo vivir más de lo que queréis vivir ahora", indica Xavi Torres, quien ha explicado que han tardado dos años y medio en grabar este documental.
El gran protagonista, Unzué, se encargaba de 'presentar' esta enfermedad a los que aún no la conocían. "El primero que desconocía la ELA era yo. La ELA es una enfermedad clasista, carísima. Lo que le hace ser cara es que no hay ayudas. El ruido ayuda a ponerles las orejas tiesas a los políticos. Esta enfermedad no espera a nadie y cada día se lleva a tres compañeros y vienen otros tres. Tenemos el mercado de fichajes abierto todo el año", 'bromeaba en la sala del Ramón Sánchez-Pizjuán, donde presentaba este documental rodeado de amigos y excompañeros (Diego Rodríguez, Monchi, Antonio Álvarez...).
"La ELA me permite percibir que el físico era parte de mi vida, muy importante, pero no la única. (...) Lo esencial es pensar, sentir, emocionarte, comunicarte... Hay tecnología que nos permite comunicarnos hasta el último día", añade Unzué, que no se cansa de pedir una ayuda política que sigue sin llegar. "Tenemos una Ley ELA bloqueada desde hace un año. ¿Qué razón puede haber cuando estaban todos de acuerdo?", afirma y muestra fe en que "entre todos" lo van "a conseguir". "Estamos protestando de forma respetuosa pero no descarto que nos toque salir a la calle y que cuando sientan ese clamor, tengan que tomar la decisión", advierte.
"Vengo de una familia católica y practicante con una educación perfecta en ese sentido. Pero he ido perdiendo esa fe desde que salí de casa con 21 años. Siento a día de hoy que no hay nada más allá. A mí eso me ayuda un poco más a aprovechar el aquí y ahora, pero me encantaría tener la fe que tiene mi madre con 96 años. Sigue rezando el rosario y va a misa todos los días. Hay gente, aquí especialmente, que me dicen "rezo por ti". Gracias. Cree que me está ayudando así que agradecido eternamente. La aceptación es básica. Me he sentido un privilegiado porque esa aceptación apareció el día del diagnóstico. Era algo que no podía cambiar y cuando aceptas algo que no puedes cambiar, todo es un poco más sencillo", añadía el exguardameta nervionense, que deja un mensaje vitalista a todos los que hay algo que les impide ser felices: "Nunca pensé que pudiera ser feliz en una silla de ruedas".