Todavía no es oficial el cambio, aunque cobra cada vez más fuerza que el Sevilla FC haya forzado la rescisión del último de los cuatro años de vinculación con Castore para firmar hasta 2028 con Adidas, que ya le vistiera a finales de la década de los 70 del pasado siglo y que fue la primera marca comercial en imprimir su logo en las camisetas blanquirrojas. Seguramente, los tiempos legales son otros y habrá que guardar un prudente silencio hasta bien avanzado el presente ejercicio o, incluso, dejar que éste finalice para dar la bienvenida a los alemanes en esta segunda etapa en Nervión, donde han terminado algo decepcionados con la empresa británico por aspectos logísticos y otros relacionados puramente con la calidad.
Si los modelos de hace cuarenta y tantos años brillan ahora por el resurgir de la moda vintage, el sevillismo sueña con cómo serán los diseños que la multinacional ubicada en Baviera presente próximamente a los responsables directivos y de marketing, que ya van un poco a contrarreloj, pues suele haber decisiones definitivas con el cambio de año para que dé tiempo a que la maquinaria se ponga en marcha. La gran lucha de los clubes que rubrican nuevos contratos con marcas tan grandes suele ser evitar, al menos en alguna de las equipaciones, que aquéllas tiren de catálogo, imponiendo a veces en las negociaciones que haya bocetos especiales y exclusivos para marcar la diferencia. Mientras tanto, los expertos en la creación gráfica, algunos con más medios y calidad que otros, se han puesto manos a la obra para imaginar las posibles versiones del reestreno de Adidas en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Desde las clásicas blanca, roja y negra, con el mismo patrón de contraste en forma de caja y cuello de pico, hasta una impresionante alternativa azul turquesa, con cuello redondo y la bandera española rompiendo la única gama mayoritaria en toda la prensa, con diferentes tonalidades para resaltar un poco el logo de la triple banda, la publicidad y el escudo, bordado y no termosellado (la gran lucha en otras firmas como Hummel). Sin lugar a dudas, los primeros pero ya bastante atractivos bosquejos de unos meses que se presumen intensos hasta que aparezcan las primeras filtraciones y llegue, además, la oficialidad por parte del Sevilla FC de un cambio de espónsor técnico que llevará aparejado una apuesta segura por el prestigio y la tradición de una empresa con pocas licencias en cuanto a ganancias por la explotación de las tiendas, pero sí con nulas quejas en cuanto a su durabilidad.