El Sevilla confirmaba, con un acto a principios de semana, la renovación de Gudelj y este sábado, en el primer día de mercado, hacía oficial el fichaje de Adrià Pedrosa. Los dos fueron 'anunciados' sin querer en la presentación de Víctor Orta y en la despedida de Monchi, pero eran operaciones que estaban finiquitadas desde antes incluso que el Sevilla ganara la Europa League y el entonces director deportivo sevillista anunciara que se quería ir. Desde entonces, nada.
En este tiempo se han conocido llamadas para reforzar el centro del campo, ofrecimientos de futbolistas para diferentes posiciones, jugadores que podían venir gracias al aval de Orta, como Rodrigo Moreno o Crysencio Summerville, que Montiel había pedido salir, que el Papu quiere cumplir su contrato... Pero ni un movimiento. Y ese es el gran problema, porque Mendilibar se va a encontrar esta próxima semana con 35 jugadores en plantilla y la necesidad de que muchos de ellos abandonen el barco antes de mediados de agosto.
Y, tal vez lo peor, que algunos de los que abandonen ese barco serán futbolistas importantes, con los que el Sevilla pretendería hacer caja. Lucas Ocampos y Youssef En-Nesyri, con cartel en la Premier League, han sido los que más opciones podrían tener de salir. Aunque el argentino será más reacio después de su mala experiencia en Ámsterdam.
El marroquí podría ser la clave a la hora de reforzar el ataque, pero el mercado está muy parado y eso no habla nada a favor del Sevilla, que ve cómo algunos de los jugadores con los que había contactado o preguntado para suplirle negocian a su vez, en paralelo, con otros equipos.
Es el caso del Taty Castellanos, quien tras triunfar este año en el Girona, era uno de los llamados a ocupar el puesto de En-Nesyri o de Rafa Mir, pese a que por este último no hay muchos pretendientes.
El delantero argentino, que pertenece al New York City FC, está valorado en unos 15 millones de euros y, aparte del Sevilla y Benfica, los primeros que se interesaron por él, se han unido en los últimos días los dos equipos romanos, Roma y Lazio. Según apunta Il Messaggero, ambos buscan delanteros y están dispuestos a entrar en esta puja.
Más lejos parece un jugador que gustaba a Lopetegui y Monchi, pero por el que no se han dado pasos últimamente pese al descenso del Elche. Se trata de Lucas Boyé. El pasado año, el Sevilla llegó a ofrecer 12 millones más variables por él y Bragarnik, dueño del club ilicitano, no aceptó. Quería 15 fijos. La cláusula.
Este año, esa cláusula no ha cambiado ni con el descenso, pero según aseguran en Elche, el propietario del club estaría dispuesto a aceptar ofertas en torno a los 10 millones. Y ya hay dos equipos interesados, Getafe y Rayo Vallecano, que habían llegado a ofrecer la mitad. Boyé, por su parte, se resigna a regresar -“Tengo contrato con el Elche y tengo que volver”, dijo antes de irse de vacaciones-, pero sigue esperando que un club con aspiraciones pague esta vez y poder así pelear por regresar a la Albiceleste.