La situación del Sevilla FC es extremadamente preocupante a nivel de juego y resultados -por no abrir el melón institucional, que tiempo habrá de dar tajada la semana que viene-. El dato de dos meses sin ganar en LaLiga (desde el 29 de septiembre al Almería) y el balance de una derrota y cuatro empates con Diego Alonso, unido a otros dos partidos perdidos en la Champions y a una única victoria en Copa ante un rival de preferente ya son bastante elocuentes, pero es que además falta intensidad, tira las primeras partes y es deficiente en todas las líneas: el centro del campo no sostiene, la delantera genera ocasiones pero apenas crea peligro y, lo único que más o menos le salvaba, la defensa, está haciendo aguas y la portería emite signos alarmantes con el regreso puntual de Marko Dmitrovic haciendo que se eche de menos a Orjan Nyland y que sea urgente pensar en una nueva reconstrucción de la portería.
Dicho con todos los respetos para el meta noruego, que se le añore en los últimos partidos es muy sintomático y resume la situación actual del Sevilla FC. Y es que cabe recordar que la llegada de Nyland revelaba un supuesto cambio de estrategia del club en su portería, pasando de tener dos porteros titulares a un claro referente y un teórico suplente. Después de hacer caja con la venta de Yassine Bono, el llamado a ser fijo era Dmitrovic -elegido por un Mendilibar que le conocía del Eibar e impulsó el 'sorpasso'- y el internacional nórdico estaba para cubrir eventualidades y aportar su experiencia.
Eso, sobre el papel, pues como prometía en su presentación, Nyland no tardó en ganarse la titularidad y lo justificó luego con notables actuaciones tras un relevo que se produjo aún durante la estancia de José Luis Mendilibar. Su sustituto, Diego Alonso, mantuvo al noruego en LaLiga y en la Champions e incluso le dio la Copa del Rey, aprovechando unas molestias en un dedo del serbio, que ha jugado los últimos encuentros por una lesión en el sóleo del ex del RB Leipzig y que no está rindiendo como se esperaba de un meta llamado a ser referencial este curso.
Las sensaciones están ahí desde hace tiempo y los dos goles que se 'come' en el partido ante la Real Sociedad aumentan ese debate a posteriori de lo mal que ha gestionado la portería el club nervionense el pasado verano. Asimismo, los datos corroborán ese runrún en torno a Dmitrovic, que presente un promedio catastrófico por el que de cada dos disparos del rival, uno acaba en gol en contra del Sevilla FC. Así lo apunta para Relevo el popular estadista Fran Martínez en su cuenta de @LaLigaEnDirecto.
El porcentaje de paradas de Dmitrovic ha caído de un 76,9 por ciento en la 21/22 con Julen Lopetegui, como habitual suplente de Bono, y el 80,8 por ciento de la pasada 22/23, cuando arrancó en el banquillo con el de Asteasu y con Jorge Sampaoli pero terminó de titular en LaLiga con Mendilibar, quien le dejó la Europa League al marroquí. Estos buenos balances se han visto empobrecidos justo cuando el Sevilla FC había afianzado su confianza en él, pues en esta 23/24 está en un 53,8 % de intervenciones a disparos recibidos.
Es un 27% menos que la pasada temporada. Este curso, en 7 partidos le han disparado 26 veces, ha realizado 14 paradas, ha encajado 12 goles y sólo ha dejado su portería a cero una vez. Se echa muchísimo de menos a Nyland, por no hablar ya de Bono. El Sevilla tenía un portero que se está convirtiendo en habitual en las galas de la UEFA, la FIFA o el Balón de Oro. Ha sido nombrado el noveno mejor futbolista del planeta. Dicen que las comparaciones son odiosas. Y tanto. A posteriori todo resulta ventajista, pero a día de hoy el cambio de estrategia merece un suspenso pendiente de ir a recuperación.