Lopetegui gana el pulso con los médicos por la plaga de lesiones en el Sevilla

La situación de tensión con la que acabó la temporada se ha enfriado durante las vacaciones pero la vuelta al trabajo revela consecuencias: Juan José Jiménez deja de ser médico del club

Lopetegui gana el pulso con los médicos por la plaga de lesiones en el Sevilla
Juanjo Jiménez, junto a Martial, lesionado en el Sevilla-Real Madrid. - Lince
Aitor TorviscoAitor Torvisco 5 min lectura

Era evidente que la tensión acumulada por en aquel interminable tramo final de la temporada 2021/2022 iba a tener consecuencias en el Sevilla FC. Desde que trascendieron el cruce de reproches entre el responsable de la parcela deportiva, el entrenador Julen Lopetegui, y los servicios médicos de la entidad a cuenta de la inusual plaga de lesiones, era previsible que esto acabaría con decisiones drásticas. Ya pasó algo similar hace más de una década con Manolo Jiménez como entrenador y aquello no acabó bien ni para los galenos ni para el banquillo.

Por momentos, incluso, parecía que esta crispación podía ser el detonante de una marcha de Lopetegui; pero finalmente el entrenador de Asteasu ha sido el 'vencedor' en este pulso que ha acabado con la salida del hasta ahora jefe del área médica del Sevilla FC, Juan José Jiménez. Y no sólo él, según la noticia avanzada este domingo por Diario de Sevilla, varios readaptadores y recuperadores seguirán el mismo camino y no estarán este lunes, en la vuelta al trabajo en la ciudad deportiva para iniciar la pretemporada.

Los datos objetivos que ayudan a explicar esta decisión hablan de la extraordinaria coincidencia de que absolutamente todos los futbolistas de la plantilla del Sevilla FC hayan causado baja por lesión alguna vez en la 21/22. Eso además del covid, ante el que tampoco se ha resistido nadie. Numerosos contratiempos y de todas las formas posibles mientras, de puertas hacia adentro, unos se quejaban de plazos mal respetados por el vasco y un mal diseño de la preparación física, y otros se indignaban con supuestos procesos de curación mal ejecutados y diagnósticos erróneos.

Otro ejemplo muy gráfico habla del hecho de que el Sevilla FC contase hasta seis lesiones en calentamientos previos a un partido de la pasada campaña, a los que cabría añadir un buen puñado más de problemas musculares sufridos en los primeros minutos de juego.

Resulta igualmente curioso que la plaga de bajas en el Sevilla FC haya sido tremendamente selectiva y caprichosa, asolando por momentos todos los efectivos de una demarcación en concreto. Se quedaron en noviembre-diciembre sin extremos ni delanteros (Lamela, Suso, Ocampos, En-Nesyri...) y tuvo que jugar Iván Romero muchos minutos; en enero, sin porteros para el derbi copero de infausto recuerdo para Alfonso Pastor; sin centrales en febrero y marzo, teniendo que tirar de Gudelj; sin medios durante algunas semanas cuando cayeron Papu, Delaney, Óliver...

En este debate interno, necesario por otro parte aunque cargado de tensión, el cuerpo técnico que dirige Lopetegui esgrimía el argumento de que muchos futbolistas hayan sufrido constantes recaídas en una misma lesión mal curada o recuperada, con Marcos Acuña, el Papu Gómez o Karim Rekik como casos más evidentes. Entienden que era obligado tirar de los recuperados sin apenas tiempo de readaptación y darle el alta deportiva tan pronto como recibían el alta médica, saltándose los habituales períodos de seguridad al estar forzados por las circunstancias de contar durante meses con un máximo de 13 ó 14 jugadores de la primera plantilla. Creen que todo esto ha sido determinante a la hora no poder luchar por objetivos más ambiciosos e impedir el bajón que casi cuesta la plaza de Champions después de cinco meses siendo segundo.

Tampoco ha ayudado al servicio médico otro hecho constantado como el de que los profesionales afectados hayan acabado optando por pedir una segunda opinión a médicos externos. Hasta cinco sevillistas llegaron a viajar juntos a Madrid aprovechando el parón liguero de marzo, otros se desplazaron a Vitoria y Fernando acudió a Oporto para decidir que pasaba por el quirófano y rechazaba darle otra oportunidad al tratamiento conservador que le proponían desde la enfermería del Sevilla FC.