A día de hoy, reina la incertidumbre acerca del futuro de Quique Sánchez Flores en el Ramón Sánchez-Pizjuán, porque, realmente, todavía no hay nada completamente decidido más allá de posibles cláusulas sobre la posición que termine el equipo. Y es que, a modo práctico, la resolución final no se ajustara a que quede entre los diez primeros o no, lo que, por otra parte, se antoja harto complicado, sino a las sensaciones con las que se finalice el curso siempre y cuando permanezca en Primera, claro está. No obstante, hay otros factores en juego que juegan en su contra,
El debate está servido dentro de la planta noble, porque, en este momento, no existe consenso total sobre los pasos a dar en este asunto tan determinante, pero dentro de los que mandan hay voces preferenciales que creen conveniente, pase lo que pase a nivel deportivo en las ocho jornada restantes, que haya un cambio en el banquillo nervionense.
A día de hoy, los números juegan a favor de Quique en el contexto de la situación desesperada en la que se hizo cargo del equipo, pues en una clasificación parcial desde que llegó, el Sevilla ocuparía la décima posición merced a los 18 puntos sumados de 39 posibles y estaría en disposición de luchar por puestos europeos. Cifras que, de mantenerlas en el epílogo y lograr la salvación con tiempo de por medio y sin sufrir, podrían ser argumentos suficientes para que no hubiera dudas de su continuidad, pero las hay, y muchas.
El problema radica en decisiones controvertidas tomadas por el entrenador y posiblemente en la falta de 'feeling' que existe entre él y la alta cúpula, sobre todo con Víctor Orta. No es que haya una mala relación, pero se puede decir que, metafóricamente, hablan idiomas diferentes y sus ideas futbolísticas caminan en direcciones muy diferentes. De hecho, Quique fue más una propuesta de Del Nido Carrasco y José Castro que de Víctor Orta, que había agotado su ocasión con su apuesta arriesgadísima por Diego Alonso.
Quique no ha compartido la política de fichajes llevada a cabo por el director deportivo en invierno y prácticamente no ha utilizado a los refuerzos traídos, casos de Hannibal Mejbri, Alejo Véliz y Agoumé, al que sí ha tenido algo más en cuenta y podría volver a ser titular tras su inoportuna lesión. De hecho, el técnico, de puertas para adentro, ha dejado caer que para seguir al frente le deben garantizar un proyecto competitivo con la llegada de jugadores experimentados, lo que no cuadra con la hoja de ruta de Orta, dispuesto a seguir con la senda marcada en invierno, lo que supone otra traba importante para que siga.
Aunque no se descarta ningún escenario, el director deportivo tiene en su mente un relevo y, como ha informado este diario, maneja nombres como Bordalás, Jagoba Arrasate, Javi Gracia, Paulo Fonseca..., mientras que el presidente, Del Nido Carrasco, también considera entrenadores con los que pueda existir una mayor química más allá de su cumplimiento a nivel deportivo. En cualquier caso, aunque ahora mismo situación es la que es y se mueve en estos parámetros internos, todo puede cambiar, pues, incluso, con estos obstáculos, si se firma una recta final impecable, estas 'desavenencias' podrían pasar a un segundo plano.