Aitor Torvisco8 min lecturaEl delantero noruego Erling Haaland, con dos goles, lideró la contundente victoria (0-4) del Manchester City en su estreno en la presente edición de la Champions League, en el que fue netamente superior en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán a un Sevilla FC que sigue perdido y sin rumbo. Los de Lopetegui, que empezaron bien, se fueron descomponiendo poco a poco y prolongan su funesto inicio de temporada en LaLiga siendo el primer colista del Grupo G en la máxima competición continental.
El equipo de Pep Guardiola controló el partido siempre y con una aparente facilidad lo maduró para que fueran cayendo los goles en su saco y ante la desesperación de su rival y más de la afición sevillista, que estalló en críticas cuando entró el cuarto tanto en la prolongación del choque.
Así jugaron, uno a uno, los futbolistas del Sevilla FC en la derrota ante el Manchester City en la primera jornada de la Fase de Grupos de la Champions League:
Sigue sin dejar la portería a cero y suma 12 tantos encajados en sólo cinco partidos. No pudo hacer nada ante los dos remates a placer de Haaland, el disparo ajustado de Foden o el tanto de Ruben Dias, pero evitó varios goles cantados con paradones al inglés, al noruego, al belga De Bruyne y al portugués Cancelo. Fue el mejor del Sevilla FC en un 0-4 y eso ya dice mucho.
Siempre batallador y atento en tareas defensivas, apenas encontraba vías para prodigarse en ataque. Colgó un centro peligroso que no encontró rematador nada más arrancar el choque y, prácticamente, no se le volvió a ver a excepción de otro pase colgado sin éxito en el 55'.
Con personalidad para afrontar como titular una cita de la complejidad de un duelo contra el Manchester City. Mantuvo el tipo y demostró temple con el balón, aunque... Haaland es mucho Haaland.
Escondido. Resulta decepcionante que con 1,91 metros de altura y un físico privilegiado no se imponga por arriba y siempre de decante por recular y conceder metros. Un agujero.
Aunque por centímetros le correspondía a Nianzou, el argentino se encargó de cubrir a Haaland en las acciones a balón parado, supliendo la diferencia de altura con... bemoles. Lo intentó con un zapatazo lejano con más corazón que puntería.
Comenzó de manera atrevida, saltando líneas en la presión alta, pero se vio obligado a retroceder con el paso de los minutos y se juntaba tanto a Delaney que Lopetegui decidió prescindir de uno de los dos '5', pero quitó al que mejor estaba de los dos. 'Espectador' de lujo en el 0-2, dejó a Foden hacer, deshacer, girarse, disparar y marcar.
Incapaz de acudir a todas en los momentos en los que el City lograba asociarse por dentro y ganar metros, tuvo que retroceder e incrustarse casi como un zaguero más. Con todo, ganó duelos y tuvo una buena dejada de primeras para el Papu, en la mejor ocasión del Sevilla FC en la primera mitad. Suplido al descanso por Jordán.
Dejó alguna arrancada en solitario que no logró inquietar al City y tuvo la ocasión más clara de la primera mitad, una volea que salió demasiado alta en el 40'. Muy poco en la segunda mitad, acabó dejando su sitio a Suso.
Bien colocado para ejecutar la presión y el repliegue, apenas aportaba en la fase de elaboración y eso obligaba a Isco a retroceder demasiado. Estaba cantado que dejaría su puesto a un delantero en el descanso.
Aplicado en la tarea de ayudar a cerrar la banda izquierda cuando Bernardo Silva arrastrase a Acuña, se le vio mucho más incómodo a la hora de salir.
En teoría debía ser el 'falso 9' y ejecutar un rol indetectable, para aparecer a un lado y otro, mover la defensa del City y buscar espacios. Sin embargo, la nula capacidad creativa del centro del campo le obliga a bajar a campo propio para iniciar la elaboración y ya no tenía a nadie por delante. Cuando lo tuvo, eso sí, tampoco salió bien.
Se equivocó con el plan inicial, pues el 'falso 9' se veía obligado a hacer las veces de un mediapunta desaparecido (Rakitic) y no tenía líneas de pase para mover al equipo. Cuando quiso abrirse, la energía y la moral del Sevilla FC ya estaban muy mermadas y el City castigaba cual martillo pilón. No se atisba capacidad de reacción. Se le va a hacer larga la semana.
Día para olvidar. Salió con 0-1 y tenía el cometido de aportar la fluidez que necesitaba el juego de un ordenado pero estéril Sevilla. Sin embargo, aunque nunca se esconde ni para de pedirla, falló dos pases seguidos con funestas consecuencias: paradón de Bono a De Bruyne y gol de Foden (0-2) en un mazazo que sería definitivo.
Su entrada tuvo un efecto inmediato que se disipó tras el 0-2. El equipo agradecía su entrada y su capacidad para ofrecerse a jugar de espaldas, pero no llegó a rematar nunca. En su único intento, en un salto acrobático, no conectó con el balón y acabó en banda.
Voluntad de hacerse notar en un ambiente más que hostil. No llegó a poner a prueba a Ederson, pero se mostró insistente en la presión y dejó algunos detalles técnicos interesantes. Algo es algo.
Salió con todo decidido y apenas fue capaz de entrar en juego en un par de ocasiones. Pese a ello, tuvo el honor de ser el primero y el único sevillista en tirar a portería. Fue un disparo flojo y sencillo para el postero... en el minuto 82'.
Su debut con el Sevilla FC fue (con permiso de las paradas de Bono) la única noticia positiva que pudo sacar el equipo en su desastroso debut en la Champions 22/23. Y eso que apenas entró en contacto con la pelota.
